02.
Irina se encontraba sentada en el sillón de aquella oficina con su peor cara, si de todas maneras ya era dueña de un semblante serio y frío, ahora cargaba un ceño fruncido y unos labios sellados. Contrario a Milagros que estaba en sillón a su lado derecho, quejándose del dolor y limpiando la sangre de su labio y nariz.
seguido de ellas entró el profesor de naturales al lado de Daniel Ribba, quién había sido obligado a ser testigo de la situación aunque en realidad no vio mucho de lo sucedido.
— señorita Lutz, sabrá usted que yo no puedo avalar ese tipo de acciones de mi institución, sin embargo quiero saber que detonó la situación para que actuara de esta manera. —preguntó la principal, esperando que la de ojos miel contestara.
— directora como usted sabe yo soy una estudiante bastante tranquila que no se mete con nadie, ha quedado claro en estos cinco años ¿no? —inquirió Lutz y la de cabello gris asintió— pero me vi obligada actuar cuando Milagros tiró mi desayuno y gritó en mi cara que soy una muerta de hambre, y yo jamás voy a permitir que alguien quiera pisotear mi dignidad.
—¡miente! —chilló Milagros— ¡yo nunca dije eso!
—¿Es cierto lo que la señorita Lutz dice, Daniel? —preguntó la jerarca, Irina miró a Daniel directamente, sin mover su vista o pestañear. Ribba se sintió intimidado ante la fuerte y profunda mirada de la fémina.
—Irina... Irina tiene razón. —titubeo un poco, Lutz sonrió victoriosa y volvió su vista al frente.
Daniel sabía que probablemente con aquella afirmación esté apoyando la versión real de los hechos. Milagros provenía de una familia adinerada, nacida en cuna de oro, creía que era dueña de todo y todos, reconocida por su actitud insoportable y por sus berrinches, esa era Milagros Rucci.
—muy bien, Irina, puede retirarse, Ribba también, pero Milagros se queda. —la de cabello teñido se levantó y tomó su bolso, acomodó su uniforme, y limpiando la mínima gota de sangre de su nariz provocada por un rasguño de la rubia, salió de la oficina.
Daniel iba detrás de ella, aún confundido por los hechos. No estaba seguro de si debía preguntarle qué ocurrió, o sí mejor caminar en silencio hasta el salón, pero la curiosidad mata al gato.
—eu Irina —la llamó, pero la joven seguía su paso, ni se detuvo a verlo— ¿qué pasó en el kiosko realmente?
—no es algo que te deba interesar —contestó, sabía que algo así iba a contestar.
—bueno, fui testigo, supongo que sí me debe interesar, vos sabés que yo no estaba ahí cuando eso pasó.
—no te voy a decir, si querés saber pregúntale a la rubia, y adapta la versión que te dé a la realidad, ahí sabrás que pasó. —la de ojos claros le dio una mirada rápida y entró al salón, yéndose hasta la esquina donde estaban sus únicos dos amigos, quienes se habían saltado la primera lección.
Ribba se acomodó junto a sus amigos, quiénes no paraban de hacerle preguntas sobre lo ocurrido con Lutz.
—ni idea, no me quiso decir que fue lo que pasó realmente, deduciendo puedo decir que Milagros la trató de muerta de hambre, e Irina se defendió. —comentaba Daniel en voz baja, la verdad temía a que la peliazul lo escuchara.
—igual no te iba a decir nada —añadió Valentín— la mina es muy reservada.
Oliva no mentía, para nadie era un secreto que Irina no ventilaba mucha información de su vida, por ahí se sabía que tenía únicamente un hermano y que es la hija menor, pero nadie sabe nada de su madre o padre. De ella no se podía decir mucho, casi nadie la conocía lo suficientemente bien para saber que era de su vida y qué hacía fuera del colegio.
hablaba únicamente con dos persona en toda la institución y esas personas son Valentina y Lombardo, nadie más se sumaba a la lista.
—es misteriosa la wachina, pero es re copada yo le he hablado una que otra vez cuando me encontraba al gordo y ella estaba con él. —añadió Monzón.
luego de aquella sigilosa conversación sobre la menor de los Lutz, se dedicaron a terminar su trabajo de clase, el primero en terminar fue Daniel, quién se levantó para que le pusieran el necesario y preciado sello.
el morocho hacía fila detrás de Irina, cuando la profesora le devolvió su libreta, se giró y antes de irse susurró algo para que únicamente ella y Ribba escucharan.
—ojo con seguir hablando de mí con tus amigos. —por un momento el varón sintió temor, ¿cómo es que desde su banco había escuchado todo?
quería saber más de la chica de ojeras negras y cabellos azules.
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ojeras negras ; dani ribba.
Fanfiction"¿qué historia hay detrás de ese par de ojeras?"