Girl.
Al fin tenía mi bicicleta. Estaba feliz. Subí enseguida a ella, dando giros alrededor de Robert, escuchando su opinión sobre Dracula, hasta que nos internamos a los prados y tuve que bajar de ella, caminando lado a lado, aveces en silencio, con miradas fugaces haciendo que mis mejillas ardieran cuando le pillaba observándome; pasaba mi mano una y otra vez por el cabello, intentando que el aire no hiciera un desastre con el, preguntándome si me veía bonita, aún tenía esas viejas inseguridades, y cada vez que estaba con él crecían de a poco. Robert era muy guapo, podía ser el chico más gruñón y bipolar del mundo pero tenía un encanto, su sonrisa de labios rosa, el bello color de sus ojos, su piel, sus facciones, todo él era, hermoso. A primera vista daba la sensación de delicadeza, agregándole el tono de voz bajo y ese acento bien pronunciado, pero cuando lo escuchabas bromeando u opinando de temas que manejaba muy bien, cambiaba, era seguro de sí mismo, casi soberbio, pero encantador. Siempre encantador.
Nos dirigimos hacia un pequeño bosque, pensaba en todos los lugares posibles para llevar a Robert, hasta que recordé un claro que estaba cerca, donde los árboles ya estaban perdiendo sus hojas y las ramas desnudas parecían danzar con el viento.
Me gustó la cara de Robert cuando llegamos, me gustó ver como separaba los labios y giraba a verme.“¿Que son esas?”
“Margaritas” dije, admirando con él las flores que estaban por todo el pasto verde, sobresaliendo con ese blanco y amarillo en ellas. Robert sacó una cámara instantánea de su mochila, tomando un par de fotos para guardarla después, mientras yo dejaba la bicicleta junto a un árbol, hasta sentir su mano empujándome gentilmente por el hombro.
“Las traes” dejó su mochila en el pasto y se alejó de mí rápidamente, con una risa traviesa. Corrí tras de él, viéndolo esquivar los árboles fácilmente, tomando el tronco para impulsarse y cambiar el camino, sin que yo pudiera alcanzarlo. Cuando extendía mi mano para intentar alcanzarle terminaba girando hacia otro lado, hasta que lo perdí de vista.
“Rob ¿Robert?” me detuve, mirando hacia todos lados, caminé entre las hojas escuchándolas crujir bajo mis pies. Nada. “¿Robert?”
“¡Zo!” gritó de repente empujandome de los hombros de nuevo, saltando de la rama de un árbol, casi haciéndome caer
“¡Robert!” grité, tropezando con mis propios pies, jalando de su camisa para sostenerme “¿Donde... Donde... Donde mierda estabas?”
“Es la primera vez que te escucho insultando” rió con ganas
“Lo siento, lo siento” negué con la cabeza “Me asustaste”
“Está bien, me gusta que insultes”
“No es gracioso” le golpeé en el hombro “Corres muy rápido” dije sin aliento
“Entonces vamos a sentarnos” dijo tomando mi mano, jalando de mi brazo hasta donde dejamos la bicicleta, me soltó para dejarse caer en el pasto, cerrando los ojos con una pequeña sonrisa. Aprecié sus largas pestañas un momento, hasta que abrió los ojos para mirar los árboles y yo me agaché un poco, tomando su mochila.
“¿Puedo ver tu cámara?”
“Tomala” dijo relajado, cruzando los brazos tras su cuello, alzando el mentón y estirando las piernas. Abrí el cierre y tomé aquel objeto con cuidado, apreciando los detalles, no era muy pesada y tenía un bonito color blanco y café, como madera. “¿Sabes usarla?”
“En el colegio me prestaban una para el periódico escolar” enfoqué el rostro de Robert y tomé una, haciendo que me mirará
“¡Hey! Ni siquiera estaba con los ojos abiertos”
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Just Like Heaven | PAUSADA
FanficUn pueblo tranquilo y una vida cotidiana, el deseo de Zoe de que llegara algo emocionante a su vida parece cumplirse con la mudanza de un extraño chico de ropas oscuras.