Un momento de egoísmo

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Milk se mantuvo firme e inexpresiva durante el trayecto al palacio, sabía que le restaría satisfacción al calvo bigotón que no se mostrara asustada, también reconoció que el artefacto con el que le inmovilizaron las manos era bastante pesado, para alguien normal sin duda sería muy difícil y hasta doloroso moverse, pero ella era una guerrera que había entrenado toda su vida así que no le representaba problemas incluso si las circunstancias fueran distintas ella lo habría usado para golpear a los guardias y salir huyendo, pero eso habría metido en problemas a Kakarotto y a Bulma, no estaba dispuesta a permitir que alguno de ellos cargara con la culpa de su imprudencia.

Mantuvo su fachada serena, aunque lo cierto es que, si estaba inquieta, realmente era una ironía que después de todo lo que había hecho al llegar a ese planeta como pelear con una guerrera saiyajin en medio del mercado (y destruir parte de este) escapar de la ciudad por las noches para internarse en unas ruinas históricas y tener una especie de "relación" con un saiyajin de elite al final fuera un miserable pastel lo que la había metido en esta situación. Esa sería la tercera vez que visitaba el palacio, en las ocasiones anteriores se había presentado en la sala del trono, pero esta vez la llevaron por la dirección opuesta, después de caminar por largos pasillos hasta un par de puertas enormes, cuando estas se abrieron a ella la arrojaron dentro y después las cerraron, Milk casi pierde el equilibrio por el peso que llevaba en las manos, la habitación era bastante oscura y muy precariamente iluminada, solo había un haz de luz que iluminaba lo que debía ser el centro de la habitación pues esta estaba tan oscura que no podía apreciar las dimensiones, pero podía percibir que no era tan grande como la sala del trono pero definitivamente no era una habitación pequeña; la joven terrícola avanzo hasta posarse debajo de la única luz que había, podía percibir el ki de varias personas, había algunos guerreros, sin duda el príncipe Tarble estaba allí, pero el príncipe Vegeta no se encontraba

–No se preocupe, príncipe Tarble– Dijo la joven dirigiéndose a determinado lugar de la habitación –Estoy aquí para pagar por mis faltas– Entonces otra luz se encendió, en lo alto de la habitación se encontraba una especie de balcón y en este estaba el tal Nappa, quien se veía bastante complacido, el príncipe Tarble que parecía que estaba a punto de echarse a llorar y dos de los soldados que la habían llevado a ese lugar

–¿Cómo sabias que el príncipe se encontraba aquí?– Quiso saber Nappa, pero la joven simplemente guardo silencio –Bien, no importa, no tienes que decir nada si no quieres, pero te aseguro que pronto hablaras– La joven le dio una mirada escéptica, entonces el calvo hizo una señal y ella escucho una especie de chasquido por encima de su cabeza, del techo bajo una especie de tubo y entonces el artefacto que inmovilizaba sus manos comenzó a moverse como si fuera jalado hacia arriba, Milk trato de evitarlo pero la fuerza era demasiada y al final ella salió volando hacia arriba, seguramente el tubo en realidad era una especie de imán y el artefacto de sus manos quedo pegado a este dejándola colgada poco más de un metro por encima del suelo

–¡Pero que demonios...!– Protesto

–Esclava, provocaste que el príncipe Tarble faltara a su entrenamiento y que este se comportara de forma indigna para su rango, esto podría poner en riesgo su posición dentro del palacio, es una falta grave y no puedo pasarla por alto, así que serás sometida a un castigo acorde al delito que cometiste

–¿Significa que me dejaras aquí colgada todo el día?– Pregunto con cinismo

–¡Mocosa insolente! Ya veremos cuanto tiempo te dura esa fachada– Milk escucho un clic y otro haz de luz ilumino el otro extremo de la habitación donde vio que Bulma se encontraba de rodillas sobre el piso con sus manos apresadas igual que ella, seguramente su amiga no podía con el peso de aquel artefacto y por eso era que estaba de rodillas sobre el suelo

La princesa y el guerreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora