125 Días.

Solsticio

__________Día 94__________
El día más largo en que la noche solo duró un segundo.

Quisiera decir que me encuentro plena y envuelta en un mar de profunda dicha pero está historia esta dando un giro Inesperado, en donde yo como principal personaje y narradora no quiero saber en qué terminará o al menos saber si podrá concluir...

Al despertar aquella mañana escuché en la radio de mi celular que sería el día más largo del año.

Lo cual no había comprendido ¿porque? seguí mi vida, tratando de hacerla tranquila, después de lo ocurrido con Tezli, sabía que no lo vería por un largo tiempo.

Me había convertido en todo lo que desprecio, la chica que ocupó a otro solo para no sentirse sola y reprimida, pero esta enfermedad se apoderaba de mi minuto a minuto, transformando cada parte de mí, se que no es alguna justificación, pero llega el momento en que tenemos desordenada la ropa, los pendientes, los sueños, los pensamientos, la vida. Que simplemente te vuelves una víctima del océano llamado vida.

Saber que en la Funeraria ya se encontraba mi reemplazo, solo me generó mayor conflicto, sentía rabia, desilusion, tristeza, que no puede evitar de nuevo ese vomito de palabras que hirieron a Dom, después de salir de la funeraria en un mar de lágrimas y furia.

Sabía que faltaba poco para que mi vida colapsara, sin embargo no pensé que me tocará ver como cambiaría mi entorno.

Tomé una bicicleta y conduje sin rumbo fijo por las calles de los suburbios, todo el sendero era solitario, dejando un camino de lagrima.

Quería olvidarme de Patrick de mi enfermedad, pero nada ayudaba.

Por un instante pensé en mi padre, en la terrible vida que llevaria al no saber de su hija que huyó sin darle alguna explicación, para el, el solsticio era eterno desde el primer día en que decidí partir.

Lo lamento tanto padre, no te mereces esta pena que por mi parte te causé, pero ya habías sufrido tanto que solo busque disminuir esta angustia, no quería que vieras reflejado en mi, ver morir de nuevo al que era el amor de tu vida, así que opte ser como un gato, partí antes de lo previsto, para no hacerle sufrir, al ver un cuerpo inmóvil, vacío.

De alguna forma estoy pagando el daño que cause, pero no me arrepiento en lo absoluto.

Prefiero ser yo la que cargue con esta inmensa carga, que ser caritativa e ir brindado lastima a cada rostro, disminuyendo mi carga.

Noviembre había llegado, el caótico frío es inevitable con este solsticio segundo a segundo en esta ciudad caótica, llena de sueños.

En verdad que estas fechas la vuelven estresantes para vivir pero a su vez llenas de magia oscura y esperanza.

El tal solo pensar que dos días del año están destinados a los difuntos y a su feliz retorno por unos días al mundo terrenal, para ver a los suyos y convivir por un instante, cristaliza mi alma, imaginar que mi madre pueda estar en este instante caminando a mi lado guiando el camino de su hija me tranquiliza, que no puedo evitar en algún instante hablar con ella al sentir su mano sobre mi hombro.

-¿Porque nos tocó esta vida tan difícil madre? Yo solo quería una vida normal, poder disfrutar de ti y de mi padre hasta su vejez, no está mierda, de verlo sufrir a cada instante viendo tus fotos, tocando tu ropa, viendo tu rostro en mi, sin poder llorar, odio vivir recordando lo feliz que éramos mientras papá te llevaba serenata, nuestras vacaciones de veranos en Italia, en verdad no pensé que mi vida fuera tan caótica de un instante a otro, ahora me encuentro en tu lugar, con escasos días de vida, apuntó de reunirnos eternamente y me causa tanta felicidad, pero tengo miedo por todo lo que dejo, no se que será de papá, no quiero que mis amigos jamás superen mi muerte y no me puedan dejar ir, no quiero ser una daga en su corazón, esa daga que en estos momentos tu haz quitado de mí.