Capítulo 5

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Prométeme que siempre te quedaras a mi lado.

Lo prometo, siempre estaré a tu lado y te cuidaré —Acaricio delicadamente su cabello—. Si por alguna razón no puedo amarte en esta vida entonces volveré a nacer y te buscare sin descanso hasta finalmente encontrarte y cumplir mi promesa de amarte por siempre y permanecer a tu lado.

Te amo.

Yo te amo mas.

Y fue con un tierno y casto beso que sellaron esa promesa que los mantendría juntos por siempre. 

Yeonjun se despertó algo mareado, a medida que su vista se iba aclarando pudo notar que estaba en una cama de hospital.

Al voltearse a un lado vio a su profesor, entonces no era un sueño, si era él realmente.

Parecía dormido, se veía tan lindo, así callado y vulnerable.

— Ya despertó, ah estado dormido por horas jovencito.

Soobin se levanto repentinamente por las palabras del doctor. 

— Los resultados no muestran nada grave, solo falta de sueño y muy mala alimentación, parece que no has comido en días y te ves muy estresado, necesitas descansar más jovencito.

— Lo entiendo, gracias por todo.

— Agradézcale a su novio, si no fuera por él estaría tirado por ahí.

— ¿Novio? —Soobin se ahogo con su propia saliva ante aquel  comentario—. Claro que no es mi novio, es mi profesor.

— Parecía cuidarlo tan bien, ni siquiera se movió de su lado en todo este tiempo pero perdón por malinterpretar.

— No se preocupe, esta bien.

Al pareces Soobin no es tan mala persona, después de todo se compadeció de mi y me trajo al hospital, quizás solo es un gran idiota, buena persona pero un gran idiota al fin. 

Por un segundo tuve la esperanza de que se tratase de Tae diciéndome que había terminado con su novio y venia a cuidarme, fue decepcionante pero no me molesta que el profesor me haya traído, fue un lindo gesto de su parte. 

Me llevo a mi departamento, en el camino no dijo una palabra, parecía muy serio, igual que siempre. 

Cuando llegaron a la casa Soobin lo ayudo a sentarse en el sillón.

— Te prepararé algo de comer, espera aquí.

— No es necesario, yo puedo cuidarme solo.

— Si pudieras cuidarte solo yo no estaría aquí, ¿Acaso ibas a llevarte solo al hospital estando inconsciente?.

No podía decir nada en contra de su lógica.

Salió por un momento y volvió a entrar con unas bolsas llenas de comestibles.

— ¿De donde sacaste eso?.

— De la tienda de convivencia.

— No voy a comer tanto.

✔El Hilo Rojo: Un Destino DesafortunadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora