Son unos raros.

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El día después de lo sucedido todos asistieron de mal humor a la clase, muchas aun tenían dolor en las manos de tanto escribir y otros ojeras bajo los ojos por pasarse la noche entera haciendo tarea.

Hoy varios grupos se preparaban para la larga y tortuosa horas de deporte que la maestra CIA.

Se dividieron por grupos, a unos les tocaba Basketball, a otros natación y los desafortunados correr alrededor del patio en carreras de tiempo.

América fue uno de los desafortunados. Él prefiere jugar basketball o nadar, pero Dios nunca lo considera, entonces tiene que competir con un grupo de latinos ruidosos y gritones, que además se la pasan bromeando.

Vamos chicos, una vuelta y el que llegue primero se puede unir a los de Basketball.—Aseguró la maestra con cronómetro en mano.—A la cuenta de 1, 2, 3 ¡Fuera!

Y empezaron a correr como si subida dependiera de eso. El peli rubio iba en la delantera hasta que se distrajo por una extraña escena cerca de los vestidores.

El sangron maestro de ciencias sociales estaba gritándole a un estudiante mientras lo golpeaba. Se le hacía parecido ese rostro y lo reconoció cuando vio esos ojos ambarinos.

Rusia.

Después de que el maestro se retiro, una chica bastante linda se acercó a el peliblanco y lo abrazó.

Bien, eso ya no tiene nada que ver con él.

Se dijo a si mismo volviendo a prestar atención a su carrera, pero como si el cielo no se apiadara de él, una pequeña roca que sabe quien cuando apareció, le hizo tropezar cayendo de bruces en el suelo.

Maldición. —Susurró tratando de levantarse, pero cada vez que lo intentaba solo sentía un fuerte dolor en su tobillo.

Oye, ¿Te encuentras bien?—Se comenzaron a escuchar los murmullos y preguntas ya que muchos se fijaron cuando el ojos azules se trataba de levantar y fallaba en el intento.

Estoy bien, solo es un esguince en el tobillo.—Explicó parándose en un solo pie.

Okay, todos continúen con la clase, América usted debe ir a enfermería. —Ordenó la muestra.—¡Rusia y Bielorrusia, encarguen se de que América sea llevado a enfermería!

El karma tendrá algo en contra de él.

E-espere maestra, llamaré a mi hermano, el me puede llevar.—Miró en busca de Canadá solo encontrándolo en su coqueteo junto al latino molesto con el que peleó.

Ya he dado la orden América, tienes pasé para las clases de educación física hasta que te recuperes.— Dijo la maestra retirándose de lugar.

El americano comenzó a maldecir el cielo cuando una figura bastante alta se acercó, Rusia, el ingles iba a decirle que estaba bien y que podía ir a la enfermería por si solo, pero antes de que pudiera hablar fue cargado estilo princesa por el euroasiático.

Oye, oye no es necesario, estoy bien.—Se remueve queriendo alejarse del mas alto.

El mayor solo le dio una mirada que "Callate y quedate quieto" claramente entendió el mensaje y dejo de moverse, para evitar tener mas incomodidad decidió jugar con su pulserita de colores, mostrando su personalidad infantil e ingenua a los demás.

¡Bielo, Rusia!— Se escuchó una voz por el pasillo cerca de la enfermería y todos voltearon para encontrarse con el peli rubio hermano del eslavo.

Puedes ir llevando a América a la enfermería, los alcanzo en un momento. —Le dijo Bielorrusia a Rusia para volverse a su hermano menor.

Asintiendo ante las palabras de su hermana, camino con calma tanta la puerta de la enfermería, justo en el momento en que pensó en abrirla un gemido se escuchó detrás seguido de otros más, tanto el ingles como euroasiático se miraron sonrojados antes de volverse por el camino sin tener el mas mínimo deseo de saber que pasa en ese lugar.

¿Qué pasa Rusia? Debemos ir a la enfermería. —Habló la chica pelirroja al verlos volver.

Está cerrada, lo llevaré a el dormitorio, Kazajistán tiene un equipo de primeros auxilios. —Contestó rápidamente.

Pero— .

Antes de que pudiera terminar su hermano se marchó con el ingles en brazos, la chica dudo antes de aceptar y seguirlos pensando porque su hermano no quiso ir a la enfermería.

El pelirubio ser sorprendió por lo ordenado y limpio que era el dormitorio de los nórdicos, y mas grande fue su sorpresa cuando entró a la habitación del peliblanco. Todo estaba en orden y ni una partícula de polvo en el aire, las camas perfectamente arregladas y sin una sola arruga, pero no había ni un solo adorno personalizado, solo una fotografía de una niña pequeña de grande ojos azules con un vestido blanco y largo pelo negro en dos coletas.

Observó la espalda del mas alto cuando entró a lo que se suponía que era el baño, él mientras tanto siguió mirando la foto de la niña que además tenía en manos un peluche de un búho.

En nuestra hermana menor, enfermó cuando tenía 6 años y aun permanece en coma.—Escuchó con atención las palabras de la pelirroja.—Se lo del suceso con Rusia, es buen chico y muy dulce, pero ha tenido que llevar grandes cargas desde muy joven y se le hace muy difícil abrirse ante los demás, pero creo que tú serías un buen amigo para él.

Me detesta ¿Sabes?, y lo del accidente en la cafetería, no quería golpearlo.—Comentó mirando a los ojos al ojos verdes.

¿Puedes buscar una tijera, Bielorrusia? Kazajistán no deja tijeras cuando sale y deja por favor, de hablar de mí a los demás.—Se escuchó la voz grave del peliblanco, la chica solo le sonrió al inglés antes de salir en busca de la tijeras.

Y el americano miró al mas alto y sus miradas se encontraron por un instante antes de que el ojos ambarinos bajara la mirada hasta el pie del ingles, se agachó hasta estar a una altura correcta y sin pensarlo quitó el zapato del mas bajo, mirando el pequeño pie rosadito que se había hinchado dando la apariencia de un bebé casi suelta una risita.

Estonia era igual.

Comenzó a tratarlo, sin ejercer fuerza para no lastimar o causarle algún dolor y envolviendo en la liga cuidadosamente.

Oye, se que no te caigo bien y tu tampoco me caes bien, pero hace un rato vi al maestro de ciencias sociales golpeando te, ¿Sabes que puedes denunciarlo?—El euroasiático se tensó y el ingles se dio cuenta.

No te metas en eso y no es problema tuyo, olvida que viste eso y no te atrevas a decírselo a alguien.—Frunce el ceño ante las palabras del mayor y quiere refutar, pero la chica pelirroja ya había regresado entregándole una tijera a su hermano que cortó las partes sobrantes.—¿Debo cargar te o puedes caminar?

Creo que puedo caminar.—Sin embargo, los intentos fueron en vanos y terminó siendo llevado en brazos por Rusia.

Canadá ya le estaba esperando fuera de la sección de los dormitorios nórdico, rápidamente cargó a su hermanito disculpándose por los problemas causados por su hermano menor.

Por cierto, pase por la enfermería y no los encontré allí. —Dijo el canadiense mirando a Rusia.

Las caras de América y Rusia enrojecieron a mas no poder, el eslavo se giró y se fue de allí mientras el americano se cubría la cara con vergüenza.

Canadá solo pensó que esos dos son unos raros.

Idiot academies /RusAme/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora