Capitulo 2

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POV Cristal.

-No quiero quedarme sola mami, escóndete conmigo y que papi nos encuentre – me vi a mi misma, pero a los 5 años, pequeña, indefensa y con miedo

-Tengo que ayudar a papi pero prometo que no tardaremos, te amamos, recuérdalo siempre- mi madre salió por la puerta y quise ir tras ella, quise detenerla pero no pude, estaba estática en mi lugar, de escenarios oscuros y fríos, me vi en la entrada de un pueblo Hamelin pero rápidamente el cartel se macho de sangre.

Me levante agitada y tratando de reprimir gritos, no quería despertar a mi tía, suficiente tenia con cuidarme desde los 5 años, al mirar por la ventana vi que el día se asomaba por lo cual decidí bajar a desayunar

-Buenos días nena- Mi tía Bella me recibió con una gran sonrisa y solo pude devolvérsela, jamás me alcanzaría la vida para agradecerle el cuidarme y ayudar- Quise aprovechar que hoy entraba tarde al trabajo para preguntarte que quiere hacer, ya terminaste la escuela, te presentaras a la universidad de aquí o..

Rodee lo ojos- No quiero ir a la misma universidad donde estarán todos esos idiotas, suficientes burlas tuve que aguantar, no quiero más, de hecho quisiera tomarme unos meses no se que te parece la idea- la mire cautelosamente, si bien podía tomar mis propias decisiones su opinión era importante para mi

-Eres una persona adulta Cristal, sabes que yo te apoyare en lo que sea, que quieres hacer durante estos meses, puedes tomarte unas pequeñas vacaciones- me dio una sonrisa leve

-Hay un pueblo, Hamelin, siento que debo ir allí- musite en voz baja y vi como su sonrisa tembló un poco

-Si es lo que quieres, te ayudare a organizar todo, es hora de irme nos vemos esta noche, si sales recuerda llevar las llaves y avísame si debo comprar una flauta-dijo de forma divertida, se dispuso a besarme la cabeza y se apresuro a salir

Me quede un rato en la cocina terminando de desayunar, me duche, organicé y dispuse a salir. Berlín era una gran ciudad, llena de personas, colores, sitios por visitar y lugares donde divertirse pero no me podía enfocar en esas cosas, no cuando salía y escuchaba todo el terror de una guerra de años, no cuando cada tanto sentía la presencia de algún ente, no cuando cada que respiraba sentía muerte, para mi estar en Berlín era sufrir, no quería estar aquí, mi tía era lo único que valía la pena.

Dándome cuenta que iban siendo cerca a las 9 de la noche, empecé a caminar hacia casa, en el camino sentí unos pasos apresurados, se detenían y retomaban, suspire sabiendo que pasaría y me apresure a caminar, no quería que la muerte me alcanzara, estaba cansada de gritar pero algo era seguro, la siguiente persona que caminara por aquí moriría y yo no me podía interponer a la muerte.

AGOBIANTE #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora