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"Me llamaban loca, pero ahora puedo tener siquiera la oportunidad de conocerte. "

Los sentimientos de Heiji, más que claros, no hicieron más que resaltar su orgullo y emoción.

Cuando leyó la nota, miró al techo sonriendo y lanzó un suspiro.

Al girarse a la puerta del salón, justo vio pasando a esa chica.

Amplió su expresión, y se apresuró a ir por ella. Abrió la puerta y la llamó.

Ella se giró, con un feliz rostro e iluminada cada. Heiji no lo había notando antes, así de idiota era.

—¿Sí? —Heiji se acercó a ella sonriendo.

—Pude deducirlo de otra manera, pero... —de inmediato, observó un cambio repentino en su rostro, miedo. —Me contuve para conservar el misterio. Aunque parece ser que al final debía descubriste. —él se acercó mucho.

La chica retrocedió nerviosa.

—Por tus palabras, puedo decir que eres una gran fan, pero algunas son confusas.

Ella miró al suelo con una preocupada mirada, conservando aún una sonrisa forzada.

—... Tenía que hacerlo. —susurró ella. —Lo siento.

—¿Eh? —Heiji mostró desconcierto. Esperaba una confesión.

—Porque aún estando en este lugar, sigues siendo inalcanzable.

Heiji parpadeó, el anterior sentimiento aumento.

—Lo siento. Supongo que debo alejarme para no seguir molestando. Soy una tonta... Obviamente lo descubrías. —
decía en una combinación de sentimientos negativos que el detective no podía explicar ni deducir nada. —Pero no me arrepiento. —ella se dio la vuelta y siguió lista para andar.

Pero él la tomó, brusco. Y la besó.

Mi amor, el chico de Osaka.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora