Capítulo 7

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Querido diario

Son las 6:50 de la mañana, suena la alarma, me tengo que vestir, peinarme y maquillarme y irme corriendo a buscar el autobús, ya que vivo un poco a las afueras de la ciudad. También tendría la posibilidad de irme andando, pero como soy tan vaga, no quiero despertarme más temprano. Me pongo un tejano rajado y desgastado y una camiseta blanca ajustada con un chaleco de flecos beige, conjuntados con unas botas iguales. Me peino con una trenza de espiga. Me maquillo con lo básico, la raya de abajo y rímel negro y un poco de brillo de labios. Preparo mi desayuno y me voy pitando. Ya eran las 7:45h cuándo estaba subiendo al autobús. Como siempre, me pongo mis cascos, de buena mañana no me apetece hablar con nadie . Empiezo las clases a las 8:00h, cuando bajaba del auto bus ya eran las 7:55h, me han avisado varios compañeros de que muchas veces o llega tarde o no llega, es decir, que llega a las 8:15 / 8:20h, y que muchas veces me pueden poner falta por culpa del conductor del autobús. Hoy, por suerte, ha llegado justo, eran las 8:58h cuando estaba entrando en la clase. Dejo mi mochila y mi abrigo y me voy a mirar el horario. Sigo con el dedo; martes, primera hora, me tocaba historia. Me siento, suerte que me daba tiempo a preparar las cosas ya que Olvido Peréz, la profesora de Histroria, tardaba mucho en venir. Me pongo mi libreta y mi libro sobre la mesa en la cuál estaba sentada y me pongo bien. A mi lado derecho, tenía el radiador, me acucurro a él y espero a la profesora. A mi lado de repente, se sienta Hugo. ¿Os acordaís de él? ¿El guaperas de Hugo? ¿El que me tiró los trastos? Bueno, se sienta a mi lado sin decirme nada. Para romper el hielo, como no había venido la profesora, decido decirle algo;

-¿Donde has estado? No te he visto en ninguna clase más.

- Me tube que ir.

Lo noto tenso, así que decido dejar el tema y acurrucarme de nuevo en el radiador. Ya eran las 8:07h cuándo entraba Olvido por la puerta. Era la clase, que nos explicaba la reconquista de España. Pasó lista, cuándo pronuncia mi nombre con esos labios pintados de rojo, pero secos a la vez. Me mira con una mirada y me dice:

- ¡Señorita Lauthner! Ya puede ponerse usted bien si no quiere que llame a sus padres y le ponga una expulsión tan grande como la iglesia que hay aquí al lado.

- Tampoco hace falta que le digas eso Olvido. -Saltó Hugo-.

Era Hugo, el guaperas de Hugo. ¡Que verguenza! Me tapé la cara con la mano derecha, no estaba muy segura de lo que iba a pasar en esos momentos. 

-Hugo, ya puede abandonar la clase.

-Pero si yo no he...

-¡Que salgas de la clase eh dicho!

Hugo se levanta muy cabreado y lo rebota todo. Al acabar la clase, me voy al lavabo. De vuelta a la clase me encuentro con Alexandra, le empiezo a contar todo lo que pasó, pero como quedaban 5 minutos para la próxima clase le digo que ya se lo explicaré en la hora del recreo.

Me pasó la clase muy rápido, tenia muchas ganas de explicarle a Alexandra lo que paso en clase de Historia. Al llegar la hora del recreo la espero en la puerta de la biblioteca del instituto. Llega y se lo explico, me dice que no le cae bien Hugo, porque va de xulo y de prepotente.

Pasaron las clases, y me empezó a doler la barriga, no le dí importancia y aguante hasta el final del día. Al fin acabaron las clases, me subo de nuevo al autobus, y me voy dirección a casa. Abro la puerte, estaba mi padre solo, me extraño mucho, por eso le pregunto.

- Adam, ¿donde está mamá?

- Se ha ido con Iván a comprar alguna cosa. 

- Ah, vale.

Me subo a mi habitación cuando de repente mi padre me dirige la palabra.

- Sara, tenemos que hablar, nose porqué te tomas a mal...

*Le interrumpo*

-No quiero hablar contigo ni saber nada de ti, dejame empaz, ¿vale?

Subo a mi habitación rapido, y de lo tan cansada que estoy me quedo dormida en mi cama.

Noto una mano fría que me mueve, y unos labios hidratados que me da besos en la mejilla. Era mi madre. Miro el reloj, eran las 19:24 había dormido 4 horas, me encontraba mal, como chafada.

Lo único que hice fue, tumbarme en el sofá y ver una película con mi hermano. Posé mi cabeza en las piernas de mi hermano, con una manta de color rosa chillon, tapada hasta el cuello, con mi pijama rosa con topos blancos y mis calcetines de lana.

Me quedé dormida de nuevo...

 

Diario de una adolescente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora