Un pantalla de televisión esta en el canal local de una pequeña ciudad, se puede ver a dos presentadores de un programa de noticias sentados uno al lado del otro.
—El día de hoy, se entregó el asesino de Caleb Gómez, recordemos que su cuerpo fue encontrado en el bosque que la parte inferior de su cuerpo completamente cortada. Nuestro compañero Maxi esta en la escena del asesinato, Maxi.
Se hace el típico silencio incómodo entre el presentador y el reportero. Luego de 2 segundos, el reportero contesta.
—Efectivamente Guillermo, aquí en donde estoy parado en estos momentos fue cometido el asesinato de Caleb Gómez—mientras el reportero hablaba la cámara mostraba una zona del bosque acordonado con cinta policial y una mancha enorme de sangre en el piso—aquí fue donde ocurrió este horrible hecho, recordemos que Caleb fue atraído hasta aquí por su asesino, el cual lo ató de brazos y piernas, y luego procedió a cortarlo por la mitad con su motosierra.
—Ahora, que loco, ¿no?—interrumpe el presentador—¿como alguien puede llegar a cometer semejante atrocidad? Porque asesinatos ocurren todos los días, pero nunca a este punto.
—Así es, aparte a un hombre tan trabajador como lo era Caleb—dice la presentadora femenina—el trabajaba en el centró comercial de la localidad, tal vez todos lo recordarán como el cordero ‘Fabricio’.
—La verdad es impensable como paso—dice Guillermo—dejo a su familia destrozada y sola, nuestro compañera Miriam puedo entrevistar a la familia, esto fue lo que nos dijo.
La transmisión cambia a la entrevista. Se puede ver a mucha gente en frente de una casa con carteles pidiendo justicia y fotografías de Caleb con la leyenda "Justicia por Caleb"
—La verdad es que estamos muy dolorosas por lo sucedido—dice la mujer entre lágrimas—lo único que le pido a la justicia es que esto no quede en la nada, este hijo de puta tiene pagar por lo que hizo.
—¿Ustedes conocían con anterioridad al asesino de su esposo?—pregunta Miriam a la mujer.
—No, no sabemos quien es. Sólo espero el día que lo encuentren para que reciba lo que se merece este desgraciado.
La imagen cambia al estudio.
—Esto esta pasando ahora—dice Guillermo mientras la pantalla se divide en dos por un lado el estudio y por otro el juzgado—están llevando al asesino al juzgado para ser llevado a cabo su juicio, Cristina esa en el juzgado.
Esta vez el silencio incómodo no existió, Cristina parece que ya sabía que le tocaba hablar.
—Exactamente aquí estamos y esta llegando la patrulla con el asesino—en el juzgado se veía a muchas personas formando un pasillo humano pidiendo justicia.
El patrullero llegó y de el se bajaron dos policías, uno con esculo balístico y otro ayudaba a salir al asesino. El cual iba sin capucha, al parecer no le molestaba que sepan su identidad, se podía ver que tenía barba canosa, cabello castaño, y tenía una vestimenta de leñador común. Mientras caminaba hacia las puertas del juzgado la familia y amigos de Caleb le gritaban.‘Hijo de puta’ ‘Vas a pagar por lo hiciste’ ‘Ojala que te pase lo mismo en la carcel’ ‘Ya vamos a saber quien sos’.
Llegaron a la puerta del juzgado y entraron.
—Bueno como sabemos no se pueden transmitir juicios en vivo, así que por el momento eso es todo lo que le podemos mostrar. Pero los mantendremos informados cualquier cosa.
La tranmision cambia a otra cosa.
Mientras tanto dentro del juicio. El jurado, los testigos, familiares del culpable, entre ellos su esposa e hija, y familia del asesinado, hija y esposa. El juez entra a la habitación y todos se paran, para luego sentarse.
—El caso ‘Asesinato de Caleb Gómez' entra en sesión. Abogado defensor, ¿Quiere llamar a su primer testigo?
El abogado a favor del asesino se para y se pone en frente de todos.
—Llamó a mi cliente, Arturo Ferreira, al estrado.
El asesino es acompañado por dos policías al estrado, porque no podía caminar bien por las esposas.
—Señor Arturo levante su mano izquierda—dice el juez y el asesino levanta la mano acompañada de la otra por las esposas que las unía— ¿jura decir la verdad, toda la verdad, y solamente la verdad ante la vista de Dios?
—Lo juro—dice Arturo.
—¡Entonces confesa que mataste a mi esposo hijo de mil puta!—le grita la esposa de Caleb.
—Señora calmese, o tendré que pedirle que se retire del recinto—le dice el juez.
La mujer se calma y el abogado procede a interrogar a su cliente.
—Señor Arturo, ¿Podría contarnos si ustedes es culpable o no?
—Lo soy, y no me arrepiento de lo que hice—todos se quedan atónitos por las palabras de Arturo, incluso su abogado, al parecer habían acordado decir otra cosa.
—¿Podría decirnos porque lo hizo?
—Porque…—Arturo se puso a llorar—ese hijo de puta violó a mi hija.
Continuará
