1. Aɴᴛᴇ ᴛᴇᴍᴘᴜs.

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06:00

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Los ligeros rayos de luz acariciaron los párpados de nuestra protagonista, que poco a poco pestañeaban al haber entrado en contacto con el albor, era un día soleado. Algo desorientada, buscó el móvil palpando, con la mano, alrededor de su mesilla de noche, hasta que dio con este.

–...

Bostezó, algo cansada. No quería levantarse, pero no podía estar todo el día holgazaneando en la cama, o su madre se enfadaría. A mala gana, se arrastró por la cama hasta apoyar sus pies desnudos en la fría losa, pero rápidamente buscó sus suaves zapatillas y se levantó.

Su rutina diaria se basaba en limpiar la habitación, aunque tampoco había mucho que limpiar, pues casi nunca estaba allí. Hizo la cama y recogió algunos zapatos que estaban desperdigados, para después bajar por las escaleras de su casa.

–¿Qué tal?–.

Comentó su padre, el cual desayunaba con una sonrisa en la cara. Si había alguien optimista en este mundo, era él. Y si había alguien pesimista y vaga, era nuestra protagonista...

–Cansada... Es agotador tener que levantarse cada día tan pronto... ¿Tú no te cansas?

Un mechón del pelo de la chica se colocó en su cara, parecía que estaba demacrada. Se echó el pelo hacia atrás con ambas manos, llevaba un coletero en la muñeca y se hizo un moño rápidamente, para después sentarse a beber un café.

–¡Yo me voy ya!–, exclamó el padre, que miró el reloj y dio un brinco de la mesa. Rápidamente cogió la chaqueta y las llaves del coche, pero no sin antes dar un beso en la frente a su hija. –Dile a mamá que luego vendré a llevaros al pueblo para tomar unos helados–.

La chica asintió, para continuar bebiendo su café, absorta del mundo. Encendió su móvil, el cual había estado en todo momento en su bolsillo. Vio algunos tweets de gente quejándose, algunas historias de sus amigas en la ciudad... La verdad, sus vacaciones de verano no estaban siendo de las más entretenidas, aquella casa en el pueblo estaba alejada de la diversión.

–Supongo que tendré que buscar algo interesante que hacer, mamá sigue durmiendo, es algo extraño.– Pensó para ella misma.

Después de dejar la taza en el lavaplatos, subió rápidamente por las escaleras y se vistió. Tenía un estilo bastante casual, una sudadera con capucha negra, con algún que otro estampado en la espalda, unos vaqueros azul marino y unas deportivas negras. Quería salir a dar un paseo, no habría nada interesante en aquel pueblo, pero los paisajes eran muy característicos.

Tras una caminata no muy larga, llegó a un prado, cerca de un pequeño bosque de acacias. Se sentó cerca de una verja, viendo como se extendía un camino de arena hasta las entrañas del bosque. No pudo evitar respirar hondo, era una sensación muy agradable ver el amanecer respirando un aire tan puro. Tan agradable, que sus ojos se fueron cerrando hasta caer dormida...

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18:00

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Las garras de la muerte. [Dead By Daylight]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora