Único

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Pequeñas plantas de estrellas nacían entre tazas de café, las estrellas brillaban más que otra cosa. Era la hora de los secretos y todo el mundo dormía, he estado aquí por un largo tiempo, he recorrido este planeta lleno de estrellas mil veces y no me canso. Todas me hacen recordar a él.

Siempre llega los domingos y sábados por la noche, traía siempre los descubrimientos de su alegre y resplandeciente planeta. Desde las nuevas formas de vida que sería capaz de formar en su hogar, hasta los pequeños frutos que recién nacen en diminutos maceteros.

Nuestra vida era feliz y nos mostrábamos mucho cariño, pasábamos esas noches mimándonos o viendo una que otra película, enserio lo quiero

Hasta que un día...

Una maquiavélica y tramposa planta empezó a crecer en mi mundo, avanzaba a un ritmo anormalmente rápido y silencioso. No se lo conté hasta que se logró dar cuenta que la flora era parte del hilo que me unía a este absurdo y a la vez bello planeta, ese día fue nuestra primera y última pelea

A la mañana siguiente, la flora ya había consumido mi planeta en su mayoría, mis respiraciones eran casi inexistentes y mis latidos eran peligrosamente bajos. No podía venir a buscarme, eran sus horas de trabajo en el planeta 551, y ese territorio no quedaba muy cerca de nuestros planetas que digamos.

Con mis últimos respiros, tome sus manos y... ¿sus manos?

Él estaba allí, a mi lado, creo que supo que iba a pasar este infortunado y doloroso pasaje de mi vida. No entendí mucho de lo que dijo, mis ojos se estaban cerrando y no podía mantener más mis pocos sorbos de vida, dije su nombre y me sentí libre por un pequeño momento.

Volví a respirar, mi vida fue devuelta a mi cuerpo. Me sentí con una presión en mis hombros otra vez, pero lo tenía a él. Duramente, semana a semana, me fui recuperando y volviendo a la vida, con...

Esa importante persona para mí.

Planetas, estrellas y plantasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora