¿Y El Rey?

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Una mañana tranquila en Mansión Paraíso, relajado en la cama Xie Lian se sintió extrañado, usualmente Hua Cheng estaría abrazado a su cintura, pero esta mañana fue diferente, se encontraba solo.

Al principio creyó que posiblemente le traería el desayuno, así que lo espero sentado en aquella cama, sin embargo, nunca entro. Por más que lo esperara aquel Rey no entraría.

Xi Lian supuso que debió salir a una misión, no hay de qué preocuparse, si fuera una misión difícil le hubiera avisado que regresaría tarde. Así que opto por salir de la cama e ir a atender algunos asuntos que tenía pendiente, sus creyentes aumentaban día con día y quería atender todo personalmente, tenía el suficiente poder espiritual para hacer un par de cosas pequeñas y sin pensar más salió de Mansión Paraíso.

Nadie se interpuso en su camino a hacerle alguna pregunta o algo similar, una mañana tranquila, salió de la ciudad e hizo un par de cosas sencillas, ayudar a algunos ancianos con tareas que relativamente son sencillas.

Un día tranquilo, al ver la luz del sol ocultarse tras las montañas regreso a la ciudad fantasma, fue recibido por los fantasmas que alegremente le ofrecían alimento y algunos objetos de extraña procedencia.

- Ya ustedes, dejen a Xie Daozang – dijo un fantasma carnicero que amenazo a los fantasmas con un cuchillo.

- No lo estamos molestando-

-Exacto, además nos agrada bastante Xie Daozang-

Eso inicio una discusión entre fantasmas, Xie Lian no sabía si reír o llorar, así que salió de aquel bullicio, añorando que al entrar al templo Qian Deng vería al Chengzhu de esta ciudad sentado practicando su escritura como era de costumbre, sin embargo, lo que vio lo dejo extrañado.

- No hay nadie – dijo en voz baja.

- Taiza Dianxia – la voz de Yin Yu provino detrás de él.

- Yin Yu... Y Hua Cheng, sabes donde esta – dijo esperanzado de que le otorgara una respuesta tranquilizadora.

- Salió a primera hora del día a atender algunos asuntos con un fantasma que no dejaba de molestar a una población cercana – Explico Yin Yu.

- El enserio – Entendió al instante que se trataba de que se trataba, hace un par de días había recibido constantes rezos, pidiendo que terminaran con un fantasma que se la pasaba atormentando a los niños de aquel poblado.

Xie Lian pensaba ir a la mañana siguiente, pero ya no sería necesario, su San Lang se encargaría de eso con un simple chasquido de dedos, estaría de regreso en la mañana.

Igual que el día anterior, despertó en soledad, no había nadie acompañándolo en aquella cama, comenzó a preocuparse, le está siendo difícil acabar con un fantasma menor.

Quiso ir a buscarlo en varias ocasiones, pero siempre era detenido por Yin Yu, quien lo calmaba diciendo que estaría de regreso pronto y que, si él se quedaba en la mansión Hua Cheng, en donde quiera que este, estaría tranquilo de que su Gege no correría peligro alguno.

Así estuvo una semana, comenzaba desesperarse, lo único que le daba consuelo era el collar que colgaba de su cuello y el hilo rojo que tenía en el dedo.

Paso otra semana, en la cual Xie Lian salió al mismo poblado del cual había salido el rezo para eliminar a un fantasma que atormentaba niños. A su alrededor todo era normal, escucho a los pobladores hablar bien del Dios que elimino de manera definitiva a ese demonio que atormentaba a los niños.

- Disculpe... ¿De que demonio hablan? – Pregunto Xie Lian a un par de pobladores que estaban cerca.

- ¿Ah? No has escuchado hablar del Línghún – respondió un hombre de edad avanzada.

- ¿Línghún? –

- Es un demonio que le muestra a sus víctimas el temor que guarda su alma, de ahí su nombre - Explico el mismo señor.

Xie Lian se quedó preocupado por aquello que le dijeron, ¿Estaría bien San Lang? Debía buscarlo en los alrededores, quizá lo encuentre cerca.

Las estrellas empezaron a brillar en la oscuridad de la noche y Xie Lian opto por tomar un descanso en una gran piedra que encontró en su camino.

Estaba algo cansado, estuvo todo el día buscando rastro de su esposo, sin embargo, no encontró nada.

Quería descansar, pero una voz en la matriz de comunicación lo quito esa idea de la cabeza, era Mu Qing que sonaba alarmado.

<< Dianxia... Responda >>

<< Mu Qing ¿Qué ocurre?>>

<< Xue Yu Tan Hua está atacando la Capital Celestial>>

Los recuerdos de una mariposa perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora