Hua Cheng era la luz esperanzadora de muchas personas, aquella energía que te ayuda a seguir adelante en la vida, esa que te aparta de las más oscuras tinieblas. Además era un chico talentoso, inteligente, guapísimo. Simplemente perfecto.
¿Quién no...
Gritos, lágrimas y sonrisas retumban en el espacio. Los inmensos focos del escenario era cálidos y cegadores, el corazón latía al millón pues la adrenalina corría por sus venas, no había tiempo de pensar en nada más, la mente solo estaba enfocada en la música y cómo la manejarán para cumplir las expectativas de los demás y las de ellos mismo. El actuar ante el público a la mayoría le causa temor, sin embargo para el joven de ropas color carmesí y amigo de las mariposas aquello era su razón de vivir.
Refugiarse en las cuerdas de la guitarra en un principio le bastaba, más un día gracias a los elogios de cierta persona descubrió que tenía un talento aún más grandioso, su propia voz. A partir de ese día no paro de hacer magia con su canto.
La banda de rock juvenil estaba conformada por tres chicos que buscaban un propósito en la vida.
¿Fama? Ya la tenían.
¿Un harén? Nah, solo Qi Rong.
¿Más dinero? Definitivamente no.
¿Alcohol hasta intoxicarte? Para Qi Rong.
¿Amar de verdad? Sí.
He Xuan era un muchacho introvertido y realmente no le daba mente a muchas cosas, pero eso no le quitaba su gran astucia.
Luego estaba el líder y favorito del público, el cual con una mirada te puede paralizar o embarazarte. Algo extraño y encantador es que las mariposas blancas se le acercaban con facilidad. Todo en él era perfecto. Su rostro, su cuerpo, su talento y personalidad reflejaban el príncipe azul anhelado de toda chica y chico. Aún siendo tuerto. Pero...¿Quién lo conocía realmente?
Un sábado por la tarde el aeropuerto de la gran ciudad de Xian Le estaba más repleto de lo normal.
¿Y por qué era ello? Porque la banda hacía presencia por primera vez.
Miles de fans rodeaban el lugar gritando sus nombres y confeciones de amor con emoción. Qi Rong agitaba y sacaba la lengua con emoción mientras que He Xuan y Hua Cheng saludaban tranquilamente. Se movilizaron rápidamente siendo respaldados por sus guardaespaldas a los vehículo privados.
Ya adentro pudieron relajarse. Qi Rong reía mientras subía historias a su instagram. Hua Cheng se dedicó a mirar por la ventana, su mirada era profunda y pérdida.
He Xuan quién estaba frente a él lo notó.
— ¿Otra vez piensas en ella?
Hua Cheng arqueó sus cejas levemente.
Había acertado.
He Xuan no entendía porque su compañero se preocupaba por alguien que ni siquiera conocía, que quizás ni existía. En un solo sueño le apareció y ya Hua Cheng creyó que había sido una señal, que era ella quién faltaba para completar su vida. Meses de búsqueda habían pasado, no le encontró, pero aún así el joven Hua Cheng nunca perdío la esperanza.
— Te volverás loco. — Afirmó He Xuan de brazos cruzados.
— Ya lo veremos. — Dijo Hua Cheng esbozando una pequeña sonrisa.
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