La promesa fue el cielo [En Edición]

›Epílogo‹

—Te juro que como nos atrases te voy a dar una paliza, Ni-ki.

—Hyung, no seas tan cruel.— se quejó haciendo puchero y acelerando el ritmo.

Jungwon y Ni-ki habían quedado con algunos de los hyungs de I-Land, ya había pasado más de un año desde la trajedia y era algo que se había olvidado de alguna forma. Alguna de las razones por las que ya no tenían recuerdos de aquél día podría ser por el estado de shock en el que se habían llegado a encontrar y la otra era —más posible— que Ta-ki había dejado Corea del Sur después del incidente que había cambiado su vida, no se despidió de nadie, simplemente volvió a Japón sin dejar rastro ni palabras que guardar en el corazón y eso hacía que no tuvieran una presente aquél día.

Sunoo fue detenido por la policía y mandando a un hospital psiquiátrico donde le mantendrían en aislamiento, después de indagar mucho en el denominado caso del huevo, se encontró al señor Jun Jihoon también conocido como Rain culpable de agresión y acoso, según sus palabras, accedió a formar parte de aquello porque fue sobornado con una gran suma de dinero; a parte de todo lo que había pasado con Sunoo, su familia acabó endeudada por la cantidad desorbitada de pagaré que había acumulado el hijo, incluso su hermana mayor tuvo que dejar los estudios para trabajar y ayudar a pagar todo lo que debían por su culpa.

Respecto a los aprendices: algunos dejaron todo, otros empezaron a tener que visitar un psicólogo y medicarse, Jaebeom entre ellos y los más luchadores, siguieron intentando luchar por sus sueños a toda costa.

Puede que después de un tiempo las heridas se curen, quizás no al completo pero si un poco, lo suficiente para seguir adelante y así fue para nuestros chicos. Ni-ki había tenido un gran cambio e incluso se había teñido el pelo mientras que seguía entrenando bajo Belift con Daniel, Jungwon había formado un grupo de bailarines y era el líder, Heeseung había vuelto a entrenar bajo el nombre de Big Hit de nuevo y estaba preparándose por fin para su debut, Sunghoon había vuelto a las antiguas costumbres y siguió estudiando mientras que seguía practicando para ser el mejor patinador artístico, Jake seguía estudiando y se preparaba para heredar la empresa de la familia junto a su hermano mayor y K seguía siendo trainee pero se estaba planteando dejarlo.

Sus vidas se habían recompuesto un poco aunque se veían marcadas por el final de todo aquello que pudieron llamar "sueño" alguna vez.

Los dos amigos llegaban tarde a la cita colectiva en Enhypen un pequeño local que había alquilado Seon y que había transformado en una cafetería, la que más frecuentaban los I-Landers, había mucho merchandising de I-Land e incluso estaban los autógrafos de los 23 y fotos de los chicos en la que se veían felices, completos aunque estuvieran un poco rotos por dentro.

—¡Ya estamos aquí!— gritó Jungwon quedándose sin aliento mientras irrumpía en el bar.

Los siete chicos que estaban esperando pacientemente con una bebida para cada uno, incluso para los dos tardones, hicieron una ronda de aplausos por los chicos.

Ambos tomaron asiento en los lugares donde sus bebidas esperaban ya frías, pero antes de que empezaran con el debate del día Ni-ki tomó la barbilla de uno de los presentes y le dio un leve beso en forma de saludo.

—Ya empezaron.— se quejó Daniel. —Hyung, échalos.— el maknae le suplicó a Seon pero este le ignoró.

Sunghoon que estaba dando un sorbo a su bebida casi se ahoga en el intento si no fuera porque Heeseung le ayudó al segundo.

—Llevan así un año, no los aguanto.— se quejó el australiano que había dejado su pelo crecer y ahora llevaba una coleta.

—Si tanto te molesta búscate una pareja o mejor, deja de mirar a Heeseung hyung con ojos golosos y declárate.— le replicó Jay haciendo que ambos nombrados casi se atragantaran con el aire.

Después del incidente, Jay estuvo un mes en estado crítico en el hospital, el cuchillo de Sunoo le había atravesado ela arteria que cruzaba el muslo, si no fuera porque las ambulancias llegaron rápido posiblemente hubiera muerto desangrado y también agradecía que estuvo ese tiempo en coma por las diferentes infecciones que cogió en la UCI porque sino se habría estado desmayando constantemente por el dolor de aquella herida. Actualmente, apenas podía bailar así que había dejado de ser trainee para ayudar a Seon a montar la cafetería cuyo nombre pusieron en honor al grupo que habrían formado entonces.

Desde el primer momento en el hospital, Ni-ki no se había separado de Jay ni un segundo, también fue él quién le ayudó a caminar de nuevo, tras todo aquello su relación había empezado a ser más fuerte que nunca y si no fuera por la diferencia de edad, más de uno juraba que el estadounidense ya le habría pedido matrimonio pero bueno, esas cosas realmente no eran posibles allí así que solo se habían limitado a amarse como el primer día.

—Bueno, ¿empezamos con la reunión?— preguntó K sentándose al lado de Seon y tomándole la mano al instante.

—¿Qué toca hoy?— preguntó Sunghoon.

Finalmente todos habían llegado a tener una vida pacífica, con cicatrices por curar y cosas sin decir, pero una vida que vivirían al máximo y por la que darían las gracias todos los días, sobretodo después de haber conocido a aquellas personas tan maravillosas que les hacían sentirse completos.