✔El Hilo Rojo: Un Destino Desafortunado

Capítulo 7

Estuvimos así por un buen rato, cuando ya me encontraba un poco calmado volvimos a la clase, aunque nadie decía nada era evidente que me miraban raro, como si sintieran pena por mi.

Era la primera vez que sentía tristeza en mi vida, pero ¿Por qué ? Un simple dibujo no podría ser la única razón para arrancarme los mas desgarradores sollozos.

Trate de pensar en otra cosa pero esa imagen me torturaba una y otra vez. 

Chan Jin Suk, quizás esa sea la respuesta.

Una vez finalizada la clase volvimos a la casa.

—¿Ahora te sientes mejor?—

—Claro, no fue nada realmente.—

—Si necesitas algo solo dime.—

Coloco su mano sobre la mía esbozando una cálida una sonrisa, hizo que mi corazón se sienta mas tranquilo.

—Gracias.—

—¿Qué te parece si ordenamos pizza?.—

—Suena genial.—

—Sabes, cuando me siento triste jugar videojuegos me hace sentir un poco mejor, por un instante puedo olvidarme de todo y solo divertirme.—

—No soy bueno con esas cosas.—

—No importa, te prometo que te divertirás.—

Termine por aceptar su invitación, pasamos horas frente al televisor, era como si el tiempo se hubiera detenido.

—¡Ey, no hagas trampa!.—

—Apenas lo empecé a jugar, ¿Cómo podría hacer trampa?.—

—No puedes ganarme, ¿Cómo te atreves a traicionarme así?.—

Las risas resonaban en toda la sala hasta que fuimos interrumpidos por el timbre.

—Debe ser la pizza, yo iré.—Dijo Yeonjun.

Cuando abrió la puerta se sorprendió al ver a un cartero a estas horas.

—Entrega para Choi Yeon Jun.—

—Si, soy yo.—

—Firme aquí  por favor.—

—Claro.—

Me entregó un sobre blanco y luego de despedirse se fue.

—¿Y la pizza?.—

—Era una carta.—

—¿De quien?.—

—No lo se, no tiene nombre.—

Abrió la carta y sintió como un cuchillo atravesaba su corazón, automáticamente las lagrimas rodaron por sus mejillas.

"Estas formalmente invitado a la boda de Kang Tae Hyun y Kim Seo Guk"

Entonces no era una broma, realmente se iba a casar sin siquiera decirle que tenia pareja.

Bien, cuando hizo esa promesa tenían 14 años, probablemente ya se había olvidado de eso.

Ya sabia que algún día pasaría pero no pensaba que iba a doler tanto, ahora realmente lo había perdido y para siempre.

—¿Sucede algo malo?.—

Arrojo la carta en el sillón y sin decir una palabra se encerró en su habitación.