CAPÍTULO 23

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Orden de alejamiento

En la espera de Logan y Steve en el lobbie del hotel donde nos hospedábamos apareció nuestra prima con su novio, al verlos alterados y yo golpeada estuvo a punto de llamar a Catalina pero los mellizos le pidieron que nos escucharan.

Margot y Parker también llegaron y ella al verme se le dibujó el terror en la cara, lo destacable es que asumió todo con serenidad mientras dejó que le explicara. A los minutos Logan llegó con Steve y todos se preocuparon por él al que le atendieron las heridas.

Cuando llegó la policía Parker representó a Steve y a mí, Margot. Los tenientes tomaron nuestros testimonios y el caso se categorizó como un arranque de celos, el cual me defendí. Margot con un abogado de Nueva York hizo el proceso de orden de alejamiento contra Ramiro, no podía permanecer en un radio menor de cincuenta centímetros de mi persona.

Se procedió a buscar Ramiro y él al no aparecer Margot con su número lo llamó para pedirle con educación que se presentara a la estación, dos horas llegó con un abogado como si nada hubiese pasado y alegando que entre Steve, Logan y yo lo habíamos golpeado. Tenía heridas en la cara y moretones en las costillas, pero fue su palabra contra la nuestra, aunque cuando quisieron buscar testigos y grabaciones del hotel de cuatro estrellas el gerente dijo que las cámaras no servían.

Cayó el domingo en la tarde y el asunto no se había resuelto, ni habíamos advertido a nuestros padres.

La pruebas que se pudieron conseguir es que tenía una aplicación de rastreo con las coordenadas de la ubicación de mi celular en el suyo, por eso tuvo que pagar una multa, ya que por golpearnos no habían pruebas suficientes para meterlo en la cárcel. Coordenadas que consiguió tras pedirle a Ronney que las ubicara, el preocupado porque pensaba que algo malo me había pasado le advirtió a Samuel que a su vez alertó a los demás, Jessica llamó a mis hermanos y es por eso que ellos aparecieron en el hotel.

Para nosotros no hubo pena ya que de último momento Margot consiguió una copia de la cinta de las cámaras del bar cuando Ramiro me insultó y me dejó marcas en el brazo, además de tener una marca por la cachetada y un moretón en la mejilla, por lo que los golpes de Ramiro quedaron como defensa propia. Debido a eso desde esta estación se emitió una orden de alejamiento y a mí a Ramiro, por lo tanto tampoco en Nueva York podría acercarse.

Por los golpes también pagó una multa, pero el desgraciado no lo metieron en cárcel por no tener pruebas de habernos golpeado.

El regreso que sería el lunes en la mañana se adelantó el domingo en la noche mientras Margot llamaba a mis padres y le explicaba lo que había sucedido. Steve viajó con nosotros.

—Por eso de algún modo no quería que nadie supiera de ti —le dije mientras yo estaba apoyada en la compuerta de la habitación del jet—. Hay tantos problemas en mi familia que sabía que te verían como uno.

—No te preocupes. No puedes controlar lo que piensan los demás y menos las acciones de tu amigo —dijo sentado en la cama.

—Mis padres creen que me acuesto con un amigo. Tienes buena suerte de no verlos, porque su vuelo llegará en la madrugada.

—Me contenta esa buena suerte. No es de mi agrado presentarme con padres enojados. Menos cuando no tenemos compromiso alguno —dijo con una sonrisita de satisfacción, misma que imité.

—Imagino que ya no querrás verme.

Suspiró con pesadez, evitó mi mirada y calló por unos minutos. Aunque me cabreaba lo comprendía. Me moví cuando alguien tocó la compuerta, era Margot avisándole a Steve que le tocaba beber el desinflamatorio, lo que agradecí por estar tan atenta. Él sacó de su bolso las pastillas y del mini bar tomó una botella de agua. Le sonreí breve y me fui a los puestos derrotada.

Descaradamente Problemática ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora