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—No lo sé, creo que tal vez el divorcio dure más de lo que ellos estuvieron casados— Reí pero Erick no lo hizo

—Suele pasar la mayoría del tiempo. Hay que estar seguros antes de casarse y es algo que tu novio no vio venir — miró las hojas que estaban regadas por casi toda la mesa.

—Creyó que estaba en lo correcto, no debes culparlo— me crucé de brazos y me miró haciendo su cabello hacia atrás. Se veía bastante bien.

—¿No debo culparlo por casarse con una mentirosa, arrogante y fría bruja? ¿Todo para qué? Porque se caso por conveniencia. — me miró

—Nadie sabía lo que pasaría — hablé fastidiada

—Claro que sí, él sabía. Si en verdad estaba enamorado de ti debió dejar eso a un lado.

—Lo está haciendo, se está divorciando— apunté a la demanda que tenía en la mano

—Después de que se dio cuenta del error— suspiró

—Se quedó porque se supone que iban a tener un bebé — arqueé la ceja.

—Eso no tiene sentido, existe lo que es darle dinero por el bebé y podían dividirse los días de la semana para cuidarlo. Un bebé no es impedimento para una separación, puede que hasta sea mejor. — se encogió de hombros

—Pues...— traté de alegar

—Deja de defenderlo, solo te quedas sin buenos argumentos.

—A veces eres muy mal educado — reclamé

—Deberías ver a Gabriel — rió

—¡Basta!— Grité

—Que tu novio te haya tratado mal no es derecho de que me grites— mordió la parte de arriba de un lápiz.

—Sólo... Iré a tomar aire— salí a paso rápido de ahí. Me detuve al ver el pecho de Tony frente a mi.

—Hola— me besó —¿Todo bien?

—Si— sonreí — Yo... Iba a tomar algo.

—Excelente, apenas te iba a preguntar si querías algo de comer — me tomó de la mano

—Si pero nada muy pesado — caminamos hacia el elevador

—¿Un café? ¿Un helado? — preguntó

—Un helado — reí — me encantan.

—Será un helado— me abrazó mientras comenzábamos a bajar.

Al abrirse las puertas salimos inmediatamente y ya no nos importaba mucho si los demás decían algo sobre nosotros, de hecho me había besado frente a recepción.

Fuimos caminando a los helados, siempre tomados de la mano, no quería soltarme. No quedaba muy lejos así que no le dijimos a Scott o a Ben que nos llevarán.

Al llegar, todas las miradas se posaba en nosotros pero al parecer no importaba. Igual seguía pensando sobre lo que dijo Erick.

—Bien, deberías ver una mesa y sentarte en lo que yo ordeno— besó mi frente y yo asentí.

Después de la espera (que no fue mucha) él vino a mi con los helados y me dio mi cuchara.

—Gracias — la tomé

—Necesito hablarte de algo — sacó su teléfono y puso cara de sorpresa

—¿Viste algo? — me acerqué

—Solo que la otra semana hará frío — pasó su brazo por mis hombros y me pegó a él.

—Creí que ya lo sabías. — comi del helado

Be Mine ll Tony López y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora