Pasaron los años de juventud y Kenneth y yo encontramos trabajo. Él logró convertirse en profesor de arte de la Universidad Mattel y yo me dediqué al mundo del modelaje. Mis medidas eran perfectas para aquello, y las ofertas no paraban de lloverme. Teníamos dinero, una buena casa a las afueras de la ciudad y unos gatos de raza maravillosos que dormían con nosotros por las noches. Aunque trabajábamos mucho los fines de semana, nos los dedicábamos por completo a nosotros. Íbamos a fiestas con amigos. Bebíamos más vino. Recorríamos los mejores restaurantes de la ciudad. Bebíamos más y más vino... Aún éramos jóvenes y exitosos. Por la calle algunas chicas me reconocían de los anuncios de perfume y otras le reconocían a él por sus clases. Yo me sentía celosa al pensar en todas aquellas alumnas que a diario se enamorarían de Kenneth, pero procuraba decirme a mí misma que él se sentiría igual al pensar en todos los directores de cásting, fotógrafos y fans con los que yo trabajaba. Nunca nos faltó de nada. Nos peleábamos muy pocas veces. A veces me decía a mí misma que todo eso podía ser un síntoma malo, pero un día, una noche de sábado en nuestro restaurante preferido Kenny me pidió matrimonio. En ese momento cuando supe que de verdad éramos especiales.
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La barbie asesina~(corto)
Подростковая литератураA Barbie no le gusta que le pongan los cuernosSangre, celos y dramas: así es la verdadera y trágica historia del amor entre Barbie y Ken