Al menos en los túneles el aire era fresco, a comparación de en el desierto. Estuvieron caminando, por lo que Percy cree, por unas cuatro horas cuando llegaron a una bifurcación y Roma tuvo que detenerse.
- Descansen un momento- no tuvo que repetirlo, apenas lo dijo los semidioses y magos se lanzaron al suelo para descansar.
- Qué haces?- le preguntó Carter.
- Estoy buscando- el poder romano cerró los ojos y estuvo callado por unos minutos. Los más jóvenes se sorprendieron cuando un aura blanca empezó a emanar de él-. Es un laberinto, por eso no hemos llegado todavía. Cuando lo escondieron fueron muy cuidadosos- el aura había desaparecido-. Andando.
Se levantaron y siguieron por media hora cuando Roma volvió a detenerse.
- Ahora qué?- refunfuñó Alex.
Román puso su mano en la pared para luego con sus dedos índice y medio, realizó un movimiento ascendente y luego cortó el movimiento llevando sus dedos rápidamente a la derecha.
Luego de ese extraño comportamiento, la pared en la que Roma había hecho todo eso simplemente desapareció.
- No era real- explicó el poder-. Era una simple ilusión que utilizaron para confundir a los invasores.
Cuando todos pasaron a la siguiente habitación, la pared, obviamente por arte de magia, reapareció.
- A mí me parece muy real- dijo Leo recargándose en la antes mencionada.
Al poder poco le importó y siguió caminando, ahora se encontraban en una habitación oscura. El hijo de Hefesto volvió a encender una flama en su mano, con la pequeña llama ahora la habitación no era tan oscura. Aunque la decoración no ayudaba al ambiente; un oscuro suelo de piedra caliza y en las paredes se podían ver algunos jeroglíficos, acompañados de dibujos.
- Menciona algo de desaparecido- Sadie estaba mirando atentamente a los jeroglíficos y se la veía preocupada-. ¿El poder egipcio está perdido?
- Qué tonterías dices- la mirada de Roma reflejaba una frialdad impresionante, parecía molesto-. Está aquí, solo que no físicamente. Según tenía entendido, los magos sabían de la existencia de la Duat.
Los hermanos Kane se miraron entre ellos, para luego mirar a Román y asentir. Era más que obvio que el resto no entendió, salvo Percy y Annabeth que ya estaban al tanto de las cosas egipcias.
- Entonces, ¿Cómo lo traemos?- preguntó esta vez Carter.
- Cómo lo traeré, querrás decir- lo corrigió-. Yo lo traeré a este plano y lo despertaré, ustedes sólo vigilen a su poder- alzó sus brazos, apuntando hacia el techo, ojos cerrados, pero dudó, ya que los abrió y añadió-. Voy a tardar un rato, les recomiendo que se sienten, salvo los egipcios.
Estuvo meditando un rato hasta que pudieron ver cómo se formaba un agujero en su realidad. Percy estaba sorprendido por este hecho, pero lo que más le llamó la atención fue ver al poder antiguo agotado. Parecía que en cualquier momento se desmayaría.
Sadie tomó su boomerang... Es decir, su varita y susurró algo que Percy no llegó a escuchar.
Todos quedaron anonadados al ver que de ese hueco aparecía un chico de tez oscura. Claramente se trataba de un faraón, tuvo que admitir el hijo de Poseidón, tenía el pecho descubierto, sus pantalones eran largos y se veían ligeros, junto con unas sandalias de oro. También estaba lleno de joyas, collares, aretes y anillos de oro y otras gemas preciosas.
Al terminar de salir de ese agujero, el chico se mantuvo flotando y abrió sus ojos. Eran un marrón muy oscuro, casi llegando a negro, no llegaba a ese color gracias a la poca cantidad de luz que había debido a Leo.
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La luna y el mar van juntos
RandomEsta es prácticamente una historia sacada de mi propia imaginación, pero acá va: Qué tal si los dioses del Olimpo (por consecuente romanos), nórdicos y egipcios nunca le contasen a sus semidioses y magos que existen personificaciones del poder que s...