Capítulo 1

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Oí el timbre de mi casa mientras terminaba de colocarme brillo labial. Estoy esperando a mi mejor amiga Jazmine para ir de compras.

Terminó mi primer periodo de la universidad, podría decir que han sido los cuatro meses más extraños de mi vida, pero eso sería una exageración. Lo que si puedo confirmar es que el sin fin de emociones vividas estos meses, han sido increíbles.

La pantalla de mi teléfono se ilumina con una notificación, no es necesario leer para saber quién me ha mandado aquel mensaje, fue sin duda Jazmine, esperando por utilizar la tarjeta de crédito ilimitada que su madre le había dado.

Me levanto del tocador de mi habitación, me encamino a la ventana que da a la calle, y veo a Jazmine, radiante, con aquella sonrisa que ella siempre tiene en la cara.

Me ve y hace una mueca llamándome a bajar a su encuentro, le enseño un pulgar arriba significando que voy, y ella asiente.

Voy rápidamente hacia el pequeño buró que se encuentra al lado derecho de mi cama, abro el primer cajón y saco mi cartera, verifico que tenga dinero y mi tarjeta, tomo las llaves de mi casa y de mi auto, mi teléfono y los guardo en un pequeño bolso de color negro, que suele ser mi acompañante en casi todo momento.

Salgo de mi habitación y toco la puerta donde mi hermana está encerrada.

- ¿Qué? - Responde Ximena con su tono de adolescente rebelde sin causa. Abre la puerta y su ceño fruncido me demuestra que rechazará mi oferta.

-Iré de compras con Jazmine, ¿Quieres ir?

Solo mencionar su nombre es suficiente para que mi hermana quiera cerrar la puerta en mi cara.

- ¿Por qué querría ir con ella?

- ¿Por qué necesitamos cosas para las vacaciones? - Mi respuesta sale como si fuese algo lógico.

-Ya se las pedí a mamá- Musita y decido no insistir, mi hermana odia a mi mejor amiga, aunque eso no tiene sentido, antes se llevaban muy bien.

-Está bien, volveré en unas horas.

-Me traes algo- Pide, de todos modos, lo haría.

Asiento y camino por el pasillo, dirigiéndome escaleras abajo, para ir en el encuentro de Jazmine.

-¡Jazmine!- Grito cerrando la puerta tras de mí- Perdona por dejarte esperando.

-No te preocupes Avery- Me da un cálido abrazo y se dirige al asiento del copiloto de mi camioneta, es una Toyota Fortuner de color blanco, mis padres me la obsequiaron cuando cumplí la edad para conducir, ellos no tienen mucho tiempo para estar en casa, y alguien debe de encargarse de las compras, y de llevarnos a mi hermana y a mí a clases.

-¿Qué cosas necesitas comprar para tu viaje?- Pregunta sentándose a mi lado.

-De todo un poco, La universidad me ha tenido tan atareada que no me preocupaba por ir de compras- Afirmo colocándome el cinturón de seguridad.

-Dímelo a mí- Jadea- Nunca creí que la carrera iba a ser tan complicada.

-No puedo decir lo mismo- Sonrío y giro la llave en el contacto. El sonido del motor arrancando es lo único que necesito para pisar  el acelerador, y salir del frente de mi casa en dirección al centro comercial.

-Si quiera déjame ponerme el cinturón- Dice Jazmine y le doy una sonrisa traviesa.

Voy por la autopista, ni tan rápido ni tan lento. Cuando tenía dieciséis años y estaba empezando a conducir, tenía mucho miedo, tanto miedo que una vez casi choco con un bote de basura al querer estacionarme en el frente de mi casa.

Tentadora DestrucciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora