Las historias que le contaban tanto su madre como G nunca especificaban que al pedir un deseo se debe ser completa y totalmente específico pero él, con tan solo unos años de vida lo dedujo solo.¡¿ENTONCES PORQUE CARAJOS NO ESPECIFICÓ SU DESEO?! Hacía unas semanas que le habían dado la noticia de que Dino regresó a controlar los conflictos de Hispania sin esperar su respuesta. Se alegraba de que estuviera bien pero, ¡¿PORQUE DIABLOS METÍA LA NARIZ DONDE NO LE LLAMABAN?!
El día que curó la herida del más alto y regresó a su habitación, topándose con una Lal angustiada y un padre enojado; este último lo llevó a rastras adentro de la pieza para soltarlo con brusquedad, golpeándose con el frío suelo. No pronunciaba palabra alguna simplemente se dedicaba a ver a su emperador con total desprecio. Esperaba que le gritara por escaparse y vestir como cualquier andrajoso pordiosero, que le dijera que solo le causaba vergüenza y, aunque si lo hizo las palabras que le siguieron si que le dolieron a pesar de intuir que eso pasaría.
No podía evitar morderse la mejilla por dentro al escuchar como su padre le gritaba cosas desagradables sobre que sus hermanos fueron estupidos y egoístas por no cumplir con su papel en el imperio, que era hora de que él si hiciera algo para salvar a su familia de las blasfemias del pueblo y los demás reinos del mundo. Que con su sacrificio, la estabilidad volvería a reinar en Roma y era necesario su casamiento con alguien importante.
—El hijo del Dux* está interesado en ti— Declaró al fin el rey—Más específicamente el mejor Tribunus militum* Xanxus—
Sus ojos se abrieron como platos al escuchar ese nombre, era bien conocido el poder que ese tipo tenía con tan poca edad, el azabache poseía un rango tan solo superado por su padre pero luego de eso se le concedía hasta estar al mando de las Legiones romanas. No solo eso, su ambición por el poder lo había llevado a conquistar parte de Asia y Egipto.
—Ya que pocos te conocen fingiremos tu terrible muerte y diremos que apareció una princesa—
—¿Así que si lo harás?— Más que pregunta sonó a afirmación cargada con odio— Dirás que soy "hija" de alguna sirvienta pero que por culpa de la tragedia no quedará más que poner el destino de Roma en los hombros de la princesa, ¿Me equivocó?—Finalizó levantándose con total elegancia para encarar a su padre quien le dio la razón con su silencio y le invitó a seguir— Entonces programaras la fecha del matrimonio. Fingiremos que soy estéril y los únicos hijos que podré darle serán por medio de alguna de sus miserables concubinas o bien, entregándole a mi esclava principal, ¿Acerté?—
Esta vez el rey le vio con orgullo, sabía que G era inteligente pero su hijo más pequeño prometía superarlo.
—En físico eres el vivo retrato de tu madre— Esta vez pudo notar cierto cariño en esos ojos grises pero así como llego se fue— Pero en cuanto a cerebro, eres como yo—
Aquello más que alegrarlo fue como una puñalada en el estómago, que lo comparara con él era el colmo de su desgracia; no pretendía ni quería ser como aquel viejo frente suyo. Fue por eso que en cuanto se fue pidió ese tonto deseo en su balcón pero, ¡¿EL PIDIÓ CALMA NO TENER LOS NERVIOS DE PUNTA?!
Sinceramente no escuchaba nada de lo que hablaba su padre, se perdió en cuanto escucho que Dino le recomendó a un sirviente del castillo para que se convirtiera en su guardia y como si lo hubieran ensayado, terminando de decir su nombre el azabache entró. Sus ojos estaban sobre su padre pero el resto de su ser prestaba total atención al moreno quien se encontraba un paso atrás del emperador. Volvió en sí cuando habló sobre castigar a una peli azul.
—¿Qué?—
—Ya escuchaste, tu querida nana pagará con su vida por hacerme enojar— Repitió mientras se giraba y el único presente de todo hacía una reverencia—No te educó como debería y por eso me traes deshonra—
—¡Me educó cuando no era su obligación hacerlo!—Elevó la voz— ¡Estuvo allí cuando tú no...—Cayó de inmediato al sentir el ardor en su mejilla
Sin elevar la voz y viendo con superioridad al único de sus hijos que permanecía a su lado le terminó de hacer sentir peor con crueles palabras.
—Agradece que aún eres considerado de la familia real a pesar de ser hijo de una simple esclava—Se dirigió a la puerta pero antes de salir le vio por sobre su hombro—Recuerda que puedo ser tu padre pero ante todo soy tu emperador, por ende tu vida está en mis manos-
Aún con la humillación que le acababa de hacer pasar frente a Yamamoto se la jugó.
—Y sobre todo en las mías—Declaró, mientras se paraba derecho—Ofrezco mi vida a cambio de la de Lal—Estaba loco, tal vez pero sabía que por la mirada que su padre le lanzó había conseguido su atención
—Tu vida ahora vale más que la de un esclavo—
—Entonces no la desperdiciemos, a menos que pueda elegir salvar a Lal y de paso librar al joven presente de ser mi guardián real—
La puerta fue azotada con fuerza, aunque no hubo respuesta supo que su querida Lal sobreviviría un poco más de tiempo. No se movió de su lugar, estaba consciente que Yamamoto seguía en su posición, cumpliendo ese estúpido protocolo de no dejar de hacer la reverencia hasta que el príncipe diga lo contrario pero, tenía vergüenza; su padre acababa de humillarlo física y mentalmente frente a quien ahora sería su sombra.
—Alteza—
Volteó a ver con cierto temor a su ahora guardia. El moreno seguía en su lugar esperando la orden que nunca llegó, en su lugar vio como una delicada mano se posaba sobre la suya, la sorpresa le hizo levantar la vista topándose con un panorama triste pues el príncipe cubría su rostro bajo sus cabellos largos.
—¿Cómo siguió tu mano?— Esta vez levantó la mirada pero vio al lado contrario con el entrecejo fruncido mientras le ayudaba a levantarse, indicándole que dejara la reverencia
—Gracias a la atención del príncipe estoy bien- Comentó sonriendo mientras apartaba su mano del suave agarre—No creo ser digno de la amabilidad de su majestad—Agregó apresurado al ver que aquella acción hizo que el platinado frunciera más el ceño y tuviera una mirada dolida
—Alteza—Volvió a llamar recibiendo una fugaz mirada que nuevamente se dirigió a algún punto en la pared—Permita que este esclavo le devuelva el favor—Esta vez se acercó dos pasos y recibió toda la atención del menor, quien se sorprendió al sentir aquellos dedos ásperos pero que con toda la delicadeza del mundo pasaron acariciando su mentón y su labio inferior.
—¡¿Qué te pasa?!— Preguntó molesto con un notable sonrojo mientras daba tres pasos atrás para alejarse del moreno quien rio despreocupado
—Estas sangrando—Le enseñó los dedos que recién habían acariciado sus labios y estaban rojos
—¡No te rías!— Ordenó sonrojándose más mientras se cubría en vano la cara—Además, yo solo puedo curarme—Declaró
Por fuera estaba peleando y reclamándole a Yamamoto el que fuera tan despreocupado pero por dentro agradecía que este no cambiara su actitud hacia él, aun sabiendo que en un futuro cercano el Imperio Romano estaría en sus manos.
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De ante mano aclaro que investigue lugares y rangos sin embargo, no soy una experta en todo lo que respecta a la historia de Roma, así que puede que esté equivocada por lo que de ante mano me disculpo.
*Dux: En el ejército romano, estos estaban a cargo de dos o más legiones y normalmente ostentaban la máxima jerarquía civil de la zona.
*Tribunus militum: Persona con experiencia militar y generalmente de alto rango, estaban al mando de una legión que era una unidad militar de infantería.
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El Principe del Coliseo [8059]
РазноеHuérfano de madre, abandonado por su hermano, herido por la pérdida de su hermana, solo por la separación de su mejor amigo, utilizado por su padre y lo peor... lo peor era haber caído enamorado ante aquel joven exiliado de piel morena y ojos miel d...