Arte siniestro (one shot)

Capítulo Único

 Hola, les comparto una adaptación a mi mini cuento original de terror que hice para halloween. Espero les guste.

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 Sakura era una joven apasionada por todo lo relacionado con el arte, la escultura, la pintura y la poesía. Se dirigía a casa luego de sus clases y caminando a través de un callejón vio una puerta vieja, maltratada y resquebrajada, era de madera vieja y estaba roída por los ratones y las termitas. No se decidió a entrar a aquel lugar, en ese momento, pero se propuso hacerlo al día siguiente. Ella era una chica curiosa y encontrar algo misterioso hacía que su curiosidad aumentara.

Finalmente, al día siguiente salió de su casa por la mañana, según ella porque así no le daría miedo. Se puso sus botas y su abrigo ya que hacía algo de frío afuera. Atravesó el camino y llegó hacia donde ella había visto la puerta misteriosa.

Recorrió con sus manos la madera y se percató que la puerta estaba entreabierta, la empujó ligeramente y suspirando entró.
Su mano se deslizaba buscando un interruptor para encender la luz y así ver mejor lo que había en aquel lugar que parecía deshabitado y olvidado por la humanidad. Pero al no encontrar un interruptor, sacó su celular y encendió la linterna.

—¿Hay alguien aquí?... Perdón por entrar así, pero la puerta estaba abierta…
Nadie respondió.

Sakura tropezó con algo, acercó su celular y alumbró el piso. No había nada.

Debió ser un ratón. Pensó. Se detuvo a observar las cosas que estaban colocadas en una vieja mesa. Eran algunos pinceles y pinturas. Era obvio que un artista vivía ahí o por lo menos era su espacio para pintar y expresarse.

En medio de la oscuridad un brillo inusual llamó su atención, se dirigió a un estante donde había muchos libros y tomó el que tenía unos detalles brillantes en la cubierta.

Empezó a hojearlo y al voltear las hojas una extraña brisa movió las páginas en conjunto con su cabello suelto. De pronto el ambiente se sentía hostil e incómodo, ella siguió volteando las páginas hasta que se cortó con una de ellas. La sangre caía de su herida manchando el libro.

— ¿Qué estás haciendo aquí? — dijo una voz masculina proveniente de la puerta vieja la cual cerró de un golpe a sus espaldas.

—Ehh yo, no quería entrar así, pero ... me dio mucha curiosidad. ¿Es usted pintor? — dijo la joven con mucha confianza.

El hombre dio un paso hacia la luz de la linterna y ella pudo ver que él usaba una máscara. Ella se exaltó y se hizo hacia atrás.

— ¿Con que te gusta el arte, ¿eh? — dijo él con su voz grave y profunda acercándose a la joven. Él la tomó de la barbilla alzando su cara.

Los ojos de él se veían a través de los agujeros de la máscara, eran rojos, ella se asustó e intentó soltarse de su agarre, pero no pudo ya que él era más grande y fuerte que ella.

En ese momento sintió que alguien más los observaba. Volteó su cabeza y vio a una joven más o menos de su edad amarrada y amordazada con los ojos llenos de lágrimas, tirada en el suelo.

Sakura se soltó y corrió para socorrer a la joven desafortunada. ¿En que se había metido?

— ¿Qué le has hecho?, ¡déjala libre! — Ordenó como si ella tuviera algún tipo de autoridad.

—Ella es la pieza más importante y ahora que tú has llegado, compartirán un lugar en mi obra maestra.

— ¿Qué quieres decir? ¿Qué planeas hacer? Llamaré a la policía ahora mismo— dijo mientras comenzaba a marcar el número de teléfono.

Al momento que ella acercó el celular a su oreja este se convirtió en una rata. Sakura la tiró al suelo asustada.

—¡Auxilio ! ¡Que alguien nos ayude! — Gritaba, pero era en vano. Nadie la escuchaba. Ella era la única que andaba buscando aventuras en un callejón atravesando una puerta vieja y de mal aspecto. Había cometido un gran error al igual que esa otra chica.

—Grita todo lo que quieras, nadie vendrá— dijo el hombre quitándose la máscara. Su rostro era tan hermoso que ambas mujeres se quedaron boquiabiertas.

—Es hora de empezar con mi obra de arte. Quiero que tú, —señalando a Sakura— desates a esa mujer y le quites la ropa.

—Pero …

—Pero nada— dijo él mirándola a los ojos.

—Si, está bien, lo que digas.

Sakura empezó a desatarla. Se podía ver que sus ojos habían perdido el brillo, ella estaba siendo influenciada por aquel hombre.
Una vez terminó de quitarle la ropa a la joven el hombre le habló al oído.

—Ahora tú, quítate la ropa.

—Si…—dijo derramando un par de lágrimas.
Ambas mujeres estaban en una especie de trance. Ninguna se podía mover. Solamente sus ojos se movían de un lado a otro, expectantes de lo que estaba por suceder.

El hombre se acercó a la joven que Sakura había desatado y le dio un cuchillo. El le susurro algo al oído y lentamente ella comenzó a hacerse cortes en las piernas y en los brazos, mientras el la observaba.

Sakura la veía de reojo sin poder moverse y hacer algo, luego la joven se puso el cuchillo en el cuello lentamente.

—Noooo, nooo por favor— logró gritar ella.

—La diversión apenas comienza querida— dijo el hombre de cabellos largos—¡hazlo ahora!

La joven empujó la punta del cuchillo en su garganta degollándose y luego cayó muerta al suelo. Sakura miraba con terror como la sangre de la joven salía de su cuello haciendo una pequeña poza a su alrededor.

—Ahora es tu turno, pequeña— dijo dándole un cuchillo a Sakura.

—No, no lo haré— dijo tirando el cuchillo.

—Veo que estás poniéndote difícil, bueno si no quieres hacerlo… ella lo hará por ti— dijo y la joven que acababa de morir se levantó.
Estaba toda llena de sangre y sus ojos estaban rojos.

Él le dio el cuchillo y ésta lo sostuvo sobre Sakura.

—Ahora sí, mi obra de arte…— dijo el hombre sentándose en una silla como espectador de aquel macabro espectáculo.

La joven comenzó a herir a Sakura con el cuchillo, ella intentaba alejarse y correr, pero no podía, una extraña energía proveniente del hombre no la dejaba.

Sakura aún seguía luchando por su vida, mientras el hombre observaba atento.

—Que gran espectáculo…

Finalmente, Sakura cayó al suelo y aceptando su destino cerró los ojos. Las escenas de su vida pasaban como una película en su mente y finalmente lo sintió.

Una puñalada directo en el corazón.

—Bravo, bravo. Espectacular— gritaba el hombre aplaudiendo.

Sakura yacía en el suelo sangrando y poco a poco sus sentidos se iban debilitando. Abrió los ojos y lo último que vio fue la cara de aquel hombre. Su verdadero rostro, un monstruo…

Bien dicen que la curiosidad mató al gato, uno nunca sabe lo que se encontrará detrás de una vieja puerta. Puede ser una obra de arte o puede ser tu propia muerte o ambas.
 
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