3.- Human Quality

207 30 1
                                    

El anciano se encaró conmigo y profirió lentamente:

-Supongo que habrá leído el artículo de Calidad Humana que se publicó en la gaceta del viernes, ¿verdad?

-No doctor... No lo leí.

-Pues nuestra empresa pretende, por su nueva filosofía, tener exclusivamente gerentes de esa clase.

-Le repito que no leí el artículo - dije con excesiva cortesía-. Ignoro de qué habla, señor.

Fui observado por los presentes como lo hubiera sido un niño de secundaria que insiste en salir al baño en pleno examen. No me dejé intimidar. Les devolví la mirada fríamente.

-Bien -dijo el hombre con mesura -. Tome asiento. El primer punto que revela la calidad de una persona, tal cual se especifica en el cuadro impreso que repartimos, es SU TRATO. El ser humano que más vale da un TRATO SENCILLO Y NOBLE -se detuvo unos instantes para que no hubiese duda en el concepto-. ¿Les ha tocado hablar con alguien que mientras los oye hace otras cosas? ¿Han negociado con funcionarios a los que les gusta ser adulados y tratados como faraones? ¿Gente que por tener un poco de poder actúa como si fueran los elegidos de Dios? ¿Gente que nos mira de arriba a abajo y que procura hacernos sentir inferiores? Con frecuencia nos topamos con ellos. Personas de última categoría que a veces ocupan puestos de primera. Basura humana, señores. Entiendan esto, mientras más valioso es un individuo más sencillo es, no importa qué posición ocupe o cuánto dinero tenga. Quien posee la cualidad básica de dar un TRATO SENCILLO Y NOBLE jamás pasa de largo frente a uno fingiendo no conocerle; comparte el pan tanto de los más humildes como de los más opulentos; le fascina jugar con los niños; conversa amenamente con los ancianos, enfermos o marginados; ayuda a los que están abajo sin ufanarse, poniéndose a su nivel. Quien da un TRATO SENCILLO Y NOBLE hace que los demás se sientan cómodos a su lado, como cuando se está con un amigo. ¿Viven ustedes de esa forma? No hay nadie mejor que sus compañeros de trabajo y sus familiares para decirlo.

Bajé la cara. Ciertamente las elecciones se estaban complicando y el anhelado puesto de gerente general desvaneciendo.

Sin querer recordé que cuando mi esposa tuvo su segundo embarazo fallido, insistió mucho en cambiar de ginecólogo. Al respecto, reñimos porque ella decía que el nuevo doctor era más competente que el anterior; yo sólo sabía que cobraba el doble de honorarios. Pero cuando la acompañé a consulta me di cuenta en qué consistía la "competencia" del nuevo médico, el tipo suspendía su trabajo para escuchar a Seulgi con la paciencia y atención de quien dispone de todo el tiempo del mundo, contestaba detalladamente sus preguntas, la hacía sentir en absoluta confianza. El doctor anterior, en cambio, era más parco, de pocas palabras, frío, apresurado y en ocasiones sarcástico; se burlaba un poco de nuestra ignorancia y nos trataba como a inferiores. Cabe aclarar que uno de ellos tenía una cartera de pacientes más grande. La mayoría de la gente no estamos preparados para medir la CALIDAD PROFESIONAL de los especialistas, pero cualquier persona está capacitada para evaluar la CALIDAD HUMANA, y es evidente que muchos preferimos pagar más con tal de recibir mejores modales.

¿Quién de los cuatro candidatos tiene el trato más sencillo y noble? - preguntó el presidente. La pregunta flotó en el aire. Yo definitivamente no...

-El segundo punto a anotar en sus evaluaciones de calidad humana es LA CONFIABILIDAD. Las personas que más valen son las más confiables.

"Confiables...Confiables...Confiables...". La palabra se repitió en mi mente como si en el salón hubiera eco.

-¿Qué características tiene la persona a la que pueden entregar su confianza absoluta? No piensen mucho. Lo diremos de una forma muy simple: sólo podemos confiar en quien sea incapaz de traicionarnos; en quien sabemos que no dirá nuestros secretos ni hablará mal de nosotros; en gente honesta que le guste decirnos las cosas cara a cara. Suena fácil, pero personas así no abundan. Los años nos enseñan esto. Muchos amigos son aparentemente confiables, incluso nos dan un trato sencillo y noble, pero al estar lejos hablan con suspicacia de nosotros y nos traicionan a su conveniencia. ¿Cómo nos damos cuenta entonces que una persona es confiable? Muy sencillo. Jamás cuenta asuntos negativos de otros y no accede, ni por excepción, a decirnos los secretos de los demás. Es así de fácil. Cuando alguien aprovecha toda oportunidad para difundir los errores y tropiezos de sus conocidos, cuando lo vemos quejarse de todo y por todo, cuando nos propone acciones que perjudicarán a alguien más, estamos ante una persona poco confiable. Es el sujeto que será tu amigo sólo mientras le sirvas para algo y que hablará mal de ti a tus espaldas. Los gerentes de esta empresa deben aquilatar entre sus virtudes principales la CONFIABILIDAD. Yo prefiero tener un equipo menos competente pero más confiable, menos experto pero con la camiseta puesta. Deben estar seguros que el líder a elegir hoy es una persona que no se aprovechará de cuanto uno le diga para su beneficio; que no se alegrará de pregonar las malas noticias; que no venderá un secreto al mejor postor. ¿Quién de los cuatro candidatos cumple este requisito?

Psychology || Seulgi [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora