Capítulo 6. "Consejo Central. Parte I"

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Alemania, 25 de Marzo del 2019.

Bella.

- ¿Estás lista? - Violetta me pregunta mientras come una bolsa de maní.

- No - confieso nerviosa.

- Sí - sonríe -, ya estás lista.

La miro preocupada, bajo del auto y camino hacia el edificio.

Es hora de reunirme con el consejo.

Sostengo en mis manos tres sobres grandes, los cuales contienen copias de todas las bajas que sufrió recientemente el negocio. Muchas personas me dieron la espalda por la situación de Marco. Aunque Andros se haya encargado de las fallas por un corto tiempo, los negocios bajaron en ventas, nos robaron drogas, mataron a nuestra gente y no ha llegado ningún ingreso a nuestras cuentas.

Es un completo caos que no sé cómo solucionar. Y para mi desgracia, Alemania es uno de los países principales del gran Consejo Central. La ausencia de Marco hace que nuestros enemigos estén dispuestos a derrocarnos.

La situación es crítica.

- Identificación - el guardia me detiene. Saco mi carnet y se lo muestro. Sus ojos me escanean de arriba hacia abajo, lame sus labios y observa mi tarjeta. Suelta un silbido para luego sonreírme lobunamente -. Bella Vasilíev - pronuncia mi nombre con anhelo -, la hermosa mujer de Marco - se acerca a mí -. Dicen que dabas buenas mamadas - coloca un dedo en mi escote.

Le sonrío cómplice y me acerco a él. Su sonrisa crece hasta más no poder, demostrando una cara de victoria. Me acerco hasta dejar mis labios a varios centímetros de los suyos, su boca se abre con anticipación y sonrío maliciosa. Estrello mi puño lleno de anillos en su rostro, rompiendo su mejilla.

Saco el arma que esconde en su bolsillo y le quito las municiones. Arrojo la pistola hacia mi auto. Él se recompone, saca una navaja de su bolsillo y antes de que pueda hacer un movimiento su rostro se contrae con fuerza.

- Mis anillos tienen ácido fluorhídrico - sonrío inocente - ¿Te gustan? - extiendo mi mano, mostrando los seis anillos.

El hombre gruñe en el suelo, sosteniendo su rostro. Incrusto la aguja de mi tacón en sus manos, provocándole un fuerte grito. Veo como agentes de seguridad se acercan a la entrada y se detienen al vernos. Tomo la navaja de su mano y la entierro en su pierna, grita nuevamente.

- Te aseguro que Marco se corre en mi boca cuando hago mis deliciosas felaciones - susurro cerca de su rostro -, y me encanta tragarme su delicioso líquido - sonrío satisfecha.

- Pu...- giro el cuchillo, rompiendo su tejido.

- Yo, siendo tú, lo pienso dos veces antes de volver a retarme de esa manera, imbécil - le guiño un ojo y me incorporo. Seis hombres me miran aterrados -. Caballeros - saludo.

- Señor-i-ita Vasilíe-v - mira el cuerpo de su amigo.

- Demonios - se queja otro chico -, era su primer día.

- ¿Nadie le dijo sobre la señorita? - pregunta el más alto negando con la cabeza.

- Le dije, pero...

- Pero es un imbécil - completo la frase - ¿Serían tan amables de mostrarme el salón de juntas? - tomo una toallita húmeda de mi bolso y limpio mis anillos. El ácido sale de ellos cuando reciben un fuerte impacto, me gusta limpiarlos bien para no quemar mi piel.

El más tímido asiente y me señala el pasillo. Acomodo mi top azul y sacudo mi saco de cuero. Cuando camino entre los cinco hombres, escucho como exhalan y susurran entre ellos. Sonrío satisfecha al saber que notaron las palabras del saco. Mi cabello está recogido en una coleta alta para que se pueda apreciar mejor el escrito en mi espalda.

DesaparecidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora