Kate sostuvo la mano de Castle mientras éste le seguía el paso por el pasillo que les conduciría hasta la sala de descanso, donde reposaba la máquina de café que él mismo había comprado para ella y los chicos.
–Dime, Beckett —sonrió. Castle pensaba que Kate habría descubierto algo sobre la sorpresa y que le diría que no se molestase; sin embargo, no era eso lo que ella le quería comentar.
–Castle —arrastró su nombre a la vez que acariciaba los brazos de su ahora esposo, con delicadeza –. Tengo que contarte una cosa.
–¿Algo importante? —inquirió él, sabiendo ahora que no tenía nada que ver con la sorpresa que tanto deseaba darle.
Katherine asintió con la cabeza. Ésta le dolía y sus manos estaban sudorosas. Tenía una extraña sensación en la garganta, como si fuera a devolver. Cerró los ojos y esperó que no le diese ningún ademán de vomitar.
<<Pequeño, no me hagas nada>> pensó ella, como si pensando hablase con el bebé que dormitaba dentro de ella.
–¿Te acuerdas el otro día, cuando te tenía que decir algo y finalmente me contaste las novedades del caso de Natasha? —Rick apartó un momento sus ojos azules, para recordar, volvió a mirar a su mujer y asintió, circunspecto –Aquello no era lo que realmente tenía que decirte.
–Ah, ¿no?
–Ni mucho menos... —Beckett agarró las manos de Castle y susurró: –Castle, yo...
No obstante, aquel momento se vio interrumpido por Ryan.
–Lo siento, chicos. Pero Frank Sullivan ha llegado —indicó el detective, señalando hacia fuera, con la carpeta que tenía en la mano.
Un hombre con ojos azules, pelo castaño y una nariz con una ligera curva esperaba en el centro de la comisaría. Recto, pero con las manos juntas, temblando. Llevaba una camisa granate y unos pantalones marrones claros. Tenía un rostro de inquietud y pesadumbre.
–Señor Sullivan —Saludó Kate, a la vez que estrechaba la mano de éste.
–Inspectora —Miró a Castle, mantuvo su vista un momento más en él y le saludó –. El escritor Richard Castle, supongo.
–Así es.
–A Nat le encantaban sus libros. Me representaba escenas de Nikki Heat. Quería participar en una nueva serie policiaca, ¿saben? Yo me alegraba por ella, pero no soy muy de series.
Beckett descendió la mirada e indicó que les acompañase a la sala de descanso.
*****
Castle se sentó junto a Beckett, en una de las sillas. Se inclinó un poco hacia la mesa, apoyando los codos sobre sus rodillas.
Ella se cruzó de piernas y colocó su libreta en sus muslos. Dio varios golpecitos sobre el borde del papel con el bolígrafo. Se relamió el labio inferior y comenzó a hablar:
–Cuéntenos cómo era Natasha. —exhortó Beckett, con tono afable.
–Era una mujer excepcional, de un talento asombroso. Creo que... —Un ruido de sorber los mocos se escuchó en la estancia –Creo que si no hubiera fallecido, le hubieran dado el papel principal.
–Señor Sullivan, ¿su novia había estado comportándose de manera inusual? —demandó Castle, mirando a Beckett, pensando en que la suya sí.
Frank soltó un ruidito, y le recorrió un escalofrío.
–Natasha siempre solía comportarse raro cuando tenía audiciones, se centraba más en su papel y solía estar muy irritable. Siempre.
Beckett y Castle se dirigieron unas miradas y Kate apuntó algo en su libreta.
*****
Esposito salió del baño, todavía subiéndose la cremallera del pantalón, cuando Ryan llegó a su lado como una exhalación.
Venía jadeando, como si hubiera arribado corriendo desde la otra punta de la comisaría.
–¿Qué es lo que quieres, macho? ¿Nos ves que salía del baño?
–¿No ves a Beckett muy rara? —preguntó, sofocado.
–¿Cómo que rara? —inquirió él, con el ceño fruncido.
–¡Sí! ¡Como si nos ocultase algo!
Esposito se quedó un momento observando a su amigo, quien comenzaba a incorporarse y a regular su estrepitosa respiración.
››Lleva días así, desde que empezamos con el caso del asesino del pasamontañas. ¿Qué nos oculta?
–Puede que Castle lo sepa, preguntémosle a él —sugirió Espo.
*****
Alexis abrió la puerta del loft de su padre. Ese fin de semana lo pasaría con él, Beckett y su abuela, quien estaba con una copa de vino en la mano, exclamando frases sueltas, dedicándoselas al aire.
Se dio la vuelta, y cuando vio a su nieta, sonrió y se formaron unas arrugas a los lados de sus ojos. Apoyó la copa en la encimera de la cocina y caminó hasta ella.
–¿Cómo estás, Alexis? ¿Qué tal tu día en la Universidad?
–Aceptable. ¿Papá está en la comisaría?
–Sí, tu padre está con Beckett. Volverán más tarde.
–Abuela, ¿tienes un momento? —preguntó Alexis, retóricamente para que su abuela le prestase atención.
–Dime.
–¿No ves a ves a Beckett muy rara?
–Ah —Suspiró Martha –Hormonas, hormonas...
El semblante de Alexis formó una expresión de confusión. Aunque sospechaba a lo que se refería su abuela.
–¿Quieres decir que...? —Comenzó a decir.
Martha asintió, con sus cabellos adornando el asentimiento. Lucía una sonrisa en el rostro.
Alexis compartió aquella risa.
*****
La inspectora Katherine Beckett tragó saliva, interrogándose si debía comenzar en ese punto del "interrogatorio" con las preguntas a Frank Sullivan: si tenía razones por las que matar a su novia. Pestañeó y observó que una gota de sudor caía por la frente de Sullivan.
–Señor Sullivan, ¿ha tenido usted problemas recientemente con Natasha? Nos comunicaron que habían discutido fuertemente antes de que ella viniese a Nueva York.
–¡¿Insinúa que yo maté a mi novia?! —exclamó, enfurecido.
Beckett entreabrió la boca, apunto estuvo de decir algo; sin embargo, se llevó las manos al vientre y soltó un alarido, a la vez que caía al suelo, provocando que su silla se desplomase.
Richard abrió los ojos, y se desprendió de su asiento, corriendo hacia su esposa.
–¡Kate! ¡Kate!
Ésta se estremecía el suelo, presionando con las manos sobre su estómago. Una lágrima descendía por su mejilla.
›› ¡Espo! ¡Ryan! ¡Necesito ayuda!
Frank se levantó del sofá y se llevó las manos a la frente.
–¡¿Qué es lo que le pasa?! —interrogó.
Esposito y Ryan llegaban a la sala. Sus caras se ensombrecieron al ver a su compañera y amiga tirada en el suelo.
–Kate... —murmuró Richard, sujetando los hombros de ésta, estremeciéndola entre sus brazos –¿Qué es lo que te ocurre, Kate?
*****
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Por todas aquellas historias que vivimos
Fanfiction"Déjame contarte una historia, sobre un chico y una chica. Él cayó enamorado de su mejor amiga, cuando ella estaba alrededor sentía alegría. Pero ella ya estaba destrozada, lo que la volvió ciega. Sin embargo; ella nunca podría creer que el amor l...