C a p i t u l o 9

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—Ayu... —nombraba el pelicafé mientras esperaba en la sala de estar a que bajara el pelirubio; algo no andaba bien.

—Pobre Ayu-chan. ¿Qué le habrá pasado? —pregunta Nayuki con un semblante de preocupación.

—Sólo queda esperar a que uno de ellos nos brinde una explicación —responde Akiko.

A los pocos minutos se oyen unos pasos bajando las escaleras, alertando a los presentes. Inmediatamente se acercan al lugar, era Jun.

—¿Cómo está Ayu-chan? —Akiko fue la primera en preguntar.

—Ya está mejor. Dijo que en un rato bajaría —explica.

—Subiré —se va dejándolos solos.

—Kitagawa, ¿qué fue lo que sucedió?

—¿De verdad te crees digno de preguntar? —su tono demostraba ira.

Tanto Yuuichi como Nayuki estaban sorprendidos por la actitud de Kitagawa, cruzaron la mirada totalmente confundidos.

—¿De qué hablas?

—Qué miserable —le da la espalda y camina a la salida—. Nos vemos mañana, Nayuki.

—¡Tks! Qué le pasa a ese idiota.

—Qué habrá pasado —decía Nayuki mientras miraba al chico retirarse.

Al poco rato, baja Akiko; los primos van a ella en la espera de alguna explicación.

—¿Te dijo algo, Akiko-san? —pregunta Yuuichi; realmente estaba preocupado.

—No, sólo me dijo que no bajará. Le llevaré una charola por si le da apetito más tarde.

—Yo se la llevaré —se ofrece.

—Gracias, Yuuichi-San.

Aizawa sube con la comida en dirección al cuarto de Ayu. Toca le puerta dos veces seguidas.

—Adelante.

Abre la puerta. —Ayu.

La nombrada se percata de la presencia del chico, cosa que le hizo bajar la mirada con una expresión lánguida; verlo le lastimaba.

—Yuuichi...Kun.

—¿Sucedió algo? ¿Por qué traes una venda en la pierna? —interrogaba con preocupación—. La actitud de Kitagawa me desconcertó —menciona al dejar la charola a un costado del futón.

Ella seguía sin decir nada, razón que ponía más en duda al pelicafé.

—¿Ayu?

—N-no ha pasado nada, todo está bien —responde con una sonrisa falsa.

—No, no te creo —negaba con la cabeza—. Tus ojos demuestran que lloraste, la pierna también te delata, es obvio que algo ocurrió —se arrodilla—. ¿Sucedió algo durante la fisioterapia? ¿Algo hizo Kitagawa? —frunce el ceño.

—N-nada de eso... Él no hizo nada malo, al contrario se comportó muy amable conmigo —asegura—. S-sólo me caí durante el camino a casa, no recordé que todavía soy incapaz de correr adecuadamente, también estaba oscuro y no me fijé por donde pisaba —explica sin levantar el rostro—. F-fui muy despistada.

"La espera valió la pena" [ KANON 2006 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora