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-Es una pésima idea, y entre más nos acercamos menos me gusta- Dijo Tewkesbury una vez estuvimos los tres escondidos. Ya era de noche y nada se veía muy bien- ¿Por que estamos haciendo esto?- Dijo mirándome.
-A diferencia de las damas de sociedad, a Niella y a mi no nos enseñaron a bordar.
-Nos enseñaron a buscar justicia. A observar, escuchar- Apoye a Enola.
-Nos enseñaron a pelear, esto es para lo que nos preparamos- Dijo y comenzó a caminar. Tome la mano de Tewkesbury y la apreté. <<Estaremos bien>> susurre.
-¿No saben bordar?- Dijo y yo reí por su cara. Enola lo miro tan mal que si las miradas mataran Tewkesbury estaría enterrado y bajo tierra.
-Tenemos que hacer esto. Tienes que hacer esto. Vamos a hacer esto- Dije yo y el asintió.
-Vamos- Dijo Enola.

Entramos tan sigilosamente que hasta nosotros mismos nos asustamos. Al ver todo oscuro, Tewkesbury me tomó la mano y acepté gustosa. Miro a todos lados y pregunto algo como <<¿Y los sirvientes?>> Enola le contesto con un ruedo de ojos y seguimos caminando. Caminamos un poco y el vizconde comenzó a llamar a su familia hasta que escuchamos un ruido. Era una trampa.

-¡Es una trampa, ocúltense!- Grite para luego escuchar los fuertes disparos de la escopeta que portaba el hombre de sombreo marrón que quería matar a Tewkesbury.
-Cerrado- Dijo Tewkesbury tratando de salir por donde habíamos entrado.

El hombre comenzó a acercarse y con Enola idéanos un plan, ella ocultaría a Tewkesbury y yo distraería al hombre. Un disparo hacia la estatua a nuestro lado. Tewkesbury se deslizó por la pared hasta abrazar sus piernas, Enola y yo lo imitamos. Algunas pequeñas lágrimas resbalaron por nuestras mejillas. El hombre comenzó a acercarse. Estaba a dos metros. Un metro. Medio metro. Justo a veinte centímetro. Bese la mejilla de Enola y la abracé. Salí de nuestro escondite y como pude me lancé sobre el hombre haciendo que su escopeta caiga al suelo. Lamentablemente golpeó la estatua que quedaba al lado de los chicos y dejó inconsciente a Enola. El hombre al ver que me distraje con Enola tomó su escopeta y comenzó a golpear mi cabeza haciendo que quedara medio atontada. Cerré mis ojos porque el dolor de cabeza me venció. Vi como Tewkesbury salía tras el hombre y me preocupe.

Comencé a escuchar sollozos y quejidos. Abrí los ojos con pesadez y pude ver como el hombre estaba ahorcando al vizconde. Me preocupe tanto. No lograba moverme. Mi cuerpo dolia tanto que no pude levantarme y comencé a llorar por frustración. Escuche la voz de mi madre. Y vi a Enola arrastrándose tras el, lo tomó de la pierna y le hizo la maniobra sacacorchos. El señor de sombrero marrón calló sobre una de las piedras de la mansión y finalmente murio. Pero esto aún no terminaba. Claro que no. El era un simple peón. Un simple seguidor del verdadero mal.

-¿Quien te contrato?- Grito Enola-¿Para quien trabajas?- Volvió a insistir. Tewkesbury se acercó a mi y me ayudó a pararme junto a él. Me abrazó por la espalda, pero de un momento a otro aflojo su agarre.

Por entre las sombras pudimos reconocer una figura. Robusta. Alta. Una vez se acercó más a la luz pudimos ver a la abuela de Tewkesbury. Desconcertado cuestionó: <<¿Abuela?>> Muy despreocupadamente contestó un <<Si>> desinteresado.

-Al parecer si quieres algo bien hecho, debes hacerlo tú mismo- Dicho esto tomó la escopeta que había en el suelo. Me quise acercar y el me coloco una mano por delante.
-No Niella- Me miro con los ojos llenos de lágrimas- ¿Donde esta mi madre?- Pregunto a su abuela quien cargaba la escopeta.
-En Londres. Con tu tío... buscándote- Dijo la muy perra, se estaba acercando mucho y comenzaba a asustarme- Ellos nunca entendieron. Lo siento mucho mi amor- Dijo y alzo el arma- El futuro del país está en juego, no puedo ponerlo en tus manos- Levantó la escopeta, apuntó. Disparo. Mi mundo se vino abajo.

No siempre debes estar sola (Tewkesbury y tu)[TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora