her retuned mate: (su compañero regreso)

SOL EN CALIFORNIA

Cinco años después,

Rayne

Bodega Bay, California

Rayne estaba en el porche de su pequeña casa en la playa mirando el amanecer sobre el océano.  La mayoría de sus mañanas comenzaban de esta manera, una taza de café, el amanecer y sus pensamientos sobre el mundo.  Le había tomado más tiempo llegar aquí de lo que originalmente pensó, con algunos desvíos en el camino.  Había estado aquí durante casi dos años, por lo que era más un hogar que cualquier otro lugar en el que se hubiera detenido en el camino.  Estaba agradecida por todos los lugares en los que se había detenido, todas las personas que había conocido y la oportunidad de ver que no todas las personas eran malas.  Ya fuera lobo o humano, había conocido a algunas de las personas más agradables en su viaje hacia su destino final.

Podía escuchar a una de esas personas que ahora se quejaban en la cocina por no tener tocino.  Ella se rió pero siguió mirando fijamente el sol naciente pintando el cielo de hermosos tonos rosas, púrpuras y azules.  El sonido de las olas golpeando la playa tranquilizó su mente cansada.  Pasó una larga noche en Shadows Retreat, su bar que se ocupaba únicamente de lo sobrenatural. 

Los hombres lobo eran solo una de las muchas especies sobrenaturales del mundo.  Enterarse de eso había sido una revelación para ella.  Parker, su compañero de cuarto quejumbroso, era un cambiaformas.  Una especie que podría convertirse en casi cualquier animal que eligiera.  Rayne conoció a Parker una noche mientras se refugiaba de una tormenta mientras pasaba por el sur de California.  Se había detenido a las afueras de un pequeño pueblo llamado Drewster, había estado haciendo autostop pero necesitaba descansar y un descanso de la carretera.  Gastó un poco de su dinero para conseguir una habitación de hotel y, mientras se relajaba en su habitación, la puerta fue pateada con rudeza por parker.

Allí estaba empapado hasta los huesos por la lluvia, un ojo lucía un desagradable ojo morado, una mueca en el rostro y un cuchillo en una mano.  Había asumido que la habitación en la que irrumpió con tanta rudeza era la del nuevo amante de su novia actual.  Cuando vio a Rayne parada en medio de la habitación vestida solo con su toalla, nuevamente hizo una suposición equivocada y comenzó a exigir saber dónde estaba Kylee.  Cuando Rayne le gruñó, evaluó la situación y se dio cuenta de que definitivamente estaba en la habitación equivocada. 

Parker se dio la vuelta rápidamente, cerró la puerta al salir y continuó con su tarea.  Los sonidos de cristales rotos, un hombre aullando de dolor y los gritos agudos de una mujer encontrada en una posición comprometedora, procedían de la habitación contigua a la de Rayne.  Supuso que encontró lo que pretendía encontrar.  Se vistió y fue a buscar comida en la pequeña cena que pasó camino al hotel.

Mientras ordenaba, Parker se deslizó en su asiento con una bolsa de hielo en el ojo y una pequeña sonrisa tímida en el rostro.  Hablaron durante la noche y como él iba en la misma dirección;  le ofreció llevarla.  Ella lo tomó, y desde esa noche habían sido amigos, compañeros de viaje y amantes ocasionales.

Cuando finalmente encontró el lugar donde quería llamarla hogar, Parker se quedó con ella.  No tenía un hogar al que regresar cuando quemó el puente de su última relación la noche que se conocieron.  Corrió por el piso del bar mientras ella se ocupaba de las operaciones del día a día.  Formaron un sólido equipo de negocios, bastante buenos compañeros de cuarto, grandes amantes y, en general, mejores amigos.  Él la tenía de vuelta cuando las cosas estaban difíciles, cuando abrieron el bar por primera vez.  Ella estaría eternamente agradecida por la noche en que la tormenta que es Parker llegó a su vida.

Incluso si él era un gran dolor en su trasero la mayor parte del tiempo. 

"¡Hey Ray, nos hemos quedado sin tocino!"  Parker asomó la cabeza por la ventana de la cocina para decirle esto.  Su pelo rojo y desgreñado, mojado por la ducha matutina, estaba suelto para secarse.  La miró con una expresión frenética en su rostro, como si su mundo se acabara sin tocino para el desayuno.