Si tan sólo te hubiera prestado más atención...
Si tan sólo lo hubiera hecho, ahora no estaría solo en esta mesa.
Si tan sólo lo hubiera hecho, no tendría que extrañarte cada noche.
Si tan sólo hubiera notado tu mirada gris perdida al leer, o aquella sonrisa forzada al reír.
Créeme, me hubiera gustado notarlo.
Créeme, me hubiera gustado hacer algo.
Mi día a día y este sentimiento que me invaden me están enloqueciendo, y aquella nota que sólo rezaba "Lo siento".
Aquella forma en la que te fuiste, escabullendo entre mis dedos la posibilidad de detenerte.
Te extraño.
Y me dueles.
Han pasado tres días desde que te has ido, y sólo sé que no quiero seguir. No duermo, no como, no quiero vivir.
Todo lo que me has dado desapareció em un santiamén. Despareció con tu cuerpo ensangrentado muerto entre mis brazos, y yo sin poderlo detener.
Y ahora me siento perdido, sumergido en un balde frío, ajeno al mundo en el qué existimos.
El mundo en el qué existíamos.
Suspiro, el aire evacuando mis pulmones no se siente mio. No se siento real, sólo como una carga más.
Y dime ¿Qué tan lindo es allá?
Aquél lugar imaginario al que siempre anhelamos llegar.
Y dime ¿Por qué no me esperaste?
Ahora soy yo quien cierra los ojos y te ve. Te veo reír, te veo siendo feliz.
Y me pregunto ¿Qué tan feliz eras? ¿Qué tan real era todo aquello que me dijiste?
¿Qué tanto dolor ocultabas? ¿Qué tan idiota fui?
—•—
Mis dedos golpean la madera, mis ojos no dejan de llorar.
Mi ropa huele a sangre, mí corazón sabe a dolor.
Tres semanas han pasado, las pesadillas me siguen atormentando.
El recuerdo, de aquél horripilante momento donde te encuentro...
— ¡Scorp! —el departamento estaba silenciosa. — ¿Amor? —nunca te llamaba así, quizás debí haberlo hecho más.
Me despojé el abrigo, y las llaves resonaron contra el material del llavero. Un mal presentimiento, resonó en el centro de mi pecho.
La luz del baño encendida, la puerta entreabierta donde todo aguardaba.
— ¿Scorpius? —Empujé la puerta, esperando una escena completamente diferente. No está. No.
Mis ojos se empaparon, mi corazón se rompió y mi mundo se acabó. Mi mundo se derrumbó. Mi mundo ya no palpitaba. Mi mundo... eras tú.
— ¡Scorp! ¡Despierta, Scorp! —Grité en la desesperación. Te sacudí, te grité, te rogué que despertaras, que no me dejaras.
Era tarde. Las paredes lo susurraban. Tu rojo sangre cubrió mi ropa y ya nada me importaba.
No te tenía, era mi perdición.
Una hora antes habría sido suficiente.
Una hora antes te hubiera salvado.
Una hora antes, respirabas.
Una hora después, besaba tus labios sabiendo que no corresponderías.
Una hora después, prometía amarte siempre.
—Scorpius, bebé... Te amo —acariciaba tu mejilla pálida, con mis manos enchastradas en tu propia sangre.
Sangrar. Tu final había sido sido sangrar. Limpiar todo tu dolor acabando con él. Dejando fluir aquél río sangriento por tus brazos, borrando tus penas. Borrando tu vida.
Borrando el palpitar de tu corazón.
—•—
Tres meses y aún te extraño.
Me despierto sudando y gritando, rogando a todo Dios que me regrese a ti.
Cada noche sueño con verte, con tenerte entre mis brazos y protegerte.
Sueño con salvarte de todos tus demonios, besar tus labios y dormir de nuevo a tu lado.
Sentir tu calor, opacar tu temor, esconderme en tu pecho y explotar de amor.
Aún te amo. Te amo tanto que esta noche será la última que te sueñe.
Aún te amo. Tanto que jamás volveré a perderte.
El reloj marca 20:38, hora de tu muerte y comienzo de la mía.
Allá voy, amor.
No duele, no lastima, la sangre cayendo por mis brazos es mí heroína.
No duele, no lastima, la inconsciencia me invade, mí corazón te estima.
No duele, no lastima... La muerte se aproxima.
No duele, no lastima, mis brazos se extienden y tu cuerpo se me encima.
No duele, no lastima, el reencuentro como el fin de la vida.
—Aquí estas, amor. —susurras a mi oído.
Suspiro. Nuestro amor sigue vivo.
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One shots | Scames |
Short StoryUna serie de one shots que voy escribiendo cuando me aburro. Los personajes pertenecen a JK Rowling, las historias son completamente mías.