✘Capitulo 16✘

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Dana

La vuelta a casa está llena de silencio. Seth está cabreado con el plan de Amelie, no le gusta la idea de que me acerque a Kail y corra peligro. Lia se limita a mirar por la ventanilla mientras mueve la pierna arriba y abajo en un movimiento nervioso. Y yo... Yo no sé cómo me siento. Estoy ansiosa y asustada a partes iguales. Una parte de mi no deja de gritar que no lo haga, que corra todo lo lejos que pueda y espere al final. Y la otra parte, esa parte que nunca se rinde, no para de empujarme a arriesgar lo poco que me queda por salvar todo lo que conozco.

Al llegar a la universidad sabemos lo que tenemos que hacer, como dijo Amelie debemos aprovechar y comportarnos como universitarios normales. Lia se despide de nosotros en el aparcamiento, va a organizar una fiesta en nuestra residencia.

-¿Cómo estamos seguros de que vendrá? - pregunta Seth cuando nos quedamos solos.

Suspiro y niego suavemente.

-No lo sabemos, pero supongo que en unas horas lo averiguaremos.

-Esto no me parece un buen plan, no tenemos nada por seguro. Ni si quiera un plan de resguardo por si esto no sale bien, porque créeme no tiene pinta de que vaya a salir bien.

-Seth...

-No, escucha, no es buena idea. Vas a ponerlo al límite, no recuerda que sintió algo por ti. Dana, si lo cabreas...

-Tendré cuidado. No hay otra forma de hacerlo, quedarnos al margen como estos meses no es la solución, joder, nos jugamos el mundo. Ya no se trata de que Kail recuerde que éramos sus amigos, o que lo quise, esto es de salvar el mundo. Dejamos que rompiera todos los malditos sellos, el mundo está en las últimas porque nosotros decidimos que estábamos cansados de luchar. Ya hemos llorado suficiente lo que pasó ese día, la muerte de... - un dolorcito en el pecho me asalta cuando pienso en ello pero me obligo a decirlo y a continuar. - La muerte de Eyden, y la marcha de Kail.

-No es cosa nuestra arreglar esto, eso fue lo que decidimos cuando Kail se marchó. Los ángeles son los que deben pararlo.

-Es gracioso que digas eso siendo un ángel que intenta quedarse fuera de la acción.

Seth me mira dolido y me arrepiento enseguida de mis palabras.

-No somos súper héroes Dana, esto escapa de nuestro control. - dice justo antes de empezar a caminar por el aparcamiento dejándome ahí.

Y una mierda.

-No hay super héroes. - digo alzando la voz, menos mal que el sitio está desierto. Seth se gira y me acerco un par de pasos. - No los hay Seth, y no pretendo que lo seamos. Pero nosotros decidimos qué clase de personas queremos ser, más allá de nuestra naturaleza sobrenatural, se llama humanidad y la perdemos en el momento en el que dejamos de preocuparnos por el mundo, por las personas. Yo no quiero perderla, no quiero quedarme viendo como todos mueren. No pienso volver a quedarme sentada viendo las noticias de ciudades arrasadas, desesperación, dolor... Mientras hago oídos sordos y cierro los ojos.

Entonces el ángel hace algo que no me esperaba después de mi discurso. Sonríe.

-Joder, qué cojones... Vamos a morir igualmente. Está bien Dana, tú ganas, elijo morir luchando.

Le devuelvo la sonrisa y termino de recorrer la distancia que nos separa. Lo abrazo y cierro los ojos, tranquila, porque sé que pase lo que pase al menos lo habremos intentando.

-¿Ahora soy súper S? - pregunta y suelto una carcajada, rompo el abrazo y lo empujó suavemente.

-No te flipes y vamos a vestirnos para la fiesta. - niego sonriendo.

Un vestido negro que llega por encima de las rodillas y con aberturas a ambos lados donde están las costillas. Eso es lo que después de mirar todo mi armario decido ponerme.

Mientras me doy los últimos retoques de maquillaje ya oigo la música y las voces de los estudiantes que han venido.

Mi teléfono suena en el tocador y lo miro esperando ver una llamada de mi madre, pero no, es Layla. Mierda, me había olvidado por completo de que fué a ver a su hija en casa de sus padres, no le he contado lo de la fiesta.

-Hola, si, ¿me explicas por qué está nuestro jardín lleno de gente borracha? - dice cuando descuelgo.

-¡Lo siento! Hemos organizado una fiesta para atraer a Kail y bueno... Lia debe de estar en la puerta, ella te lo explicará mejor.

-¿Atraer a Kail? Me voy un par de horas y montáis una fiesta para atraer al anticristo a nuestra recidencia, ¿estás de broma?

-En serio, lo siento, con todo esto se me fue avisarte.

Layla suspira resignada.

-Da igual, está bien, ya veo a Lia. Voy a que me explique esta locura y luego hablamos.

Layla cuelga y yo me quedo mirando la pantalla del móvil. Quizás deberíamos haberla dejado fuera de todo esto, mandarla a casa de su madre. Debería pasar todo el tiempo que pueda con su hija... Pero sé que eso será imposible, ella es tan testaruda, se negará a irse.

Unos golpes en la puerta me sacan de mis pensamientos. Abro y me encuentro a Seth con dos vasos rojos de plástico en las manos.

-¿Lista? - pregunta.

-No, pero supongo que eso es alcohol y también el valor que me falta para salir de este cuarto. - cojo uno de los vasos que sostiene y lo bebo de una. Arrugo la cara cuando el líquido baja por mi garganta, dejando todo ardiendo. - Joder. - suelto.

-Si, quizás deberías haber bebido despacio... - se encoje de hombros.

Dejó el vaso en la mesita de al lado de la puerta y salgo cerrando. Seth avanza hacia las escaleras y al darse cuenta que no lo sigo se detiene y me mira.

-Por nuestra humanidad. - dice.

-Por la poca que tenemos. - asiento.

Bajo las escaleras agarrada del brazo del ángel, y ahí están, cincuenta personas o más bailando y bebiendo despreocuoadamente ajenos a lo poco que les queda. Mi vista recorre la estancia, desde las escaleras, buscando a Lía y Layla pero en vez de encontrarlas a ellas mi vista se para en él.

El chico de ojos grises está apoyado en una pared mirándome fijamente, con una botella de alcohol en la mano y el semblante serio.

Perdición (Inferno III)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora