This Situation

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Un golpe

Dos golpes

Tres golpes

Su mano temblaba antes y después de golpear aquella pared de madera y piedra, que de no ser por los pocos orificios que habían estaría completamente a oscuras, aunque no es como que pudiera observar hasta el fondo de lo que sea que haya en aquel cuarto de contención.

Breves sollozos se escapaban de sus labios, no recordaba cómo rayos había terminado en ese lugar encerrada. Le preocupaba el paradero de Marcy y los Plantar, pues Newtopia había ardido en llamas y caos tras la invasión de todo tipo de especies, liderado por nada más y nada menos que Sasha Waybright.

Sentia rabia, confucíon y desepcíon tras su forma de actuar de la rubia, aunque su persona no podia salir ilesa de esos pensamientos hacia ella tambien, no es como si las dos no hubieran participado en aquel tonto juego de rivalidades, no es como si las dos no se hayan maltratado de manera verbal y fisica. Las dos eran un asco.

Sus nudillos golpeaban la pared con ira hasta el punto de sentir el ardor más el sangrado.

Ella deja su cuerpo tocar el suelo y la espalda aquella pared. No sabe que hacer, solo cede a descansar un momento.

Para cuando sus ojos se vuelven a abrir no sabe cuánto tiempo ha transcurrido desde que dejó de golpear la puerta, cuánto tiempo desde que lleva sin saber algo de alguien, de alguna vida por lo menos. 

Ella se obliga a levantarse nuevamente con la esperanza de encontrar una forma de salir de tal lugar. Su vista se centra tras uno de los orificios rogando ver algo y, oh claro que lo vio, una cabellera rubia.

— ¡Sasha! —.  Exclamó en desesperación.

La contraria tembló un poco pero no se movió de su lugar, seguía dándole la espalda a aquella pared.

— ¿Podrías parar con esto?, no entiendo siquiera cual es el punto —. Reclamo Anne. — ¡Déjame salir! —.

Una risa leve y sin esa característica hiriente o sarcástica se escuchó desde el exterior, Sasha se estaba burlando de esa situación de una manera un tanto extraña para Anne, sonaba muy apagada.

— ¿Por qué no usas tus poderes? — Se limitó a preguntar Sasha.

Anne gruño en forma de enojo, no se encontraba de humor para escuchar tonterias, lo que ella no sabía es que lejos de ser una broma, era un

 reclamo-sugerencia.

—Sasha no estoy bromeando, ¡abre la puerta! —.

Las palabras permanecieron en el aire. Ella se movió de lugar sin darle una mirada más a la cabellera rubia, era claro que no contaría con su ayuda.

Por primera vez en toda esa estadía Anne pudo notar el brillo de un metal hasta el fondo, intrigada y deseando que fuera lo que ella creía que seria se acercó a tomar aquel metal.

Su sorpresa fue mayor al percatarce de que era su espada, se sentia idiota por no haberla visto desde un inicio, pero no tan idiota como los que la encerraron para dejarle aquel arma a la mano.

Y sin pensarlo dos veces, enterró entre uno de los pequeños orificios el arma con una fuerza fuera de lo común para ella, tan fuerte que al querer retirar el arma esta se quebró dejando una mitad clavada y la otra en su mano. No pudo evitar llorar, toda esta situación era estupidamente irracional.

— ¿Problemas? —.

— Tú — Contesto secamente Anne.

— Creo que el sentimiento es mutuo —. Su boca soltó un quejido adolorido.

—Yo no fuí la que inició una guerra estupida —. 

— Yo fuí la que busco todo el tiempo una forma de volver a casa —. 

Las respiraciones era lo único que se escuchabán tras haber caído en un silencio. Hasta que Anne decidió romper el hielo nuevamente.

— Como si realmente te interesarán mis problemas — Anne cerró sus ojos antes de seguir con su queja. — ¿Por qué somos así Sash? —.

— ¿Por qué somos tremendamente hermosas o estupidas? —. Sasha quiso reír, pero una tos remplazó sus intenciones.

— Las dos cosas, pero más que nada lo idiotas —.

— Supongo que compartimos la misma neurona —.

Anne porfin pudo reír sin ser sarcástica, aquella conversación era como las que solían tener antes, sin problemas, sin trucos chuecos de Sasha. Era una conversación normal.

— ¿Podrías dejarme ir? —. Cuestionó de manera calmada.

— Tal vez ya era posible desde hace tiempo si usaras tu fuerza y no fueras llorica —.  La voz de Sasha cada vez se oía más baja.

Anne no lo pensó más, dejando a su cuerpo empujar la pared una y otra vez hasta lograr abrir de lo que parecía ser una puerta.  Tardó unos momentos en los que se acoplara a la luz, y tardó un momento en comprender la situación en la que se encontraba presente.

Sasha recargada a la pared, con un hilo de sangre sobre su boca y un profundo corte en su costado generado por la espada que Anne había clavado hace unos momentos. La sangre de la rubia fluía de manera rápida, haciendo que el charco de sangre se fuera incrementando considerablemente en cuestión de segundos.

— Nunca quise que todo terminara de esta manera —. Anne se arrodillo al lado de la rubia, buscando la manera de poder ofrecerle la ayuda.

Sin duda lo que más le pesaba era aquella huella de sangre sobre la cerradura de la puerta y la impotencia de no poder ayudarle. 

Con sus manos trató de detener el sangrado y con esfuerzo gritó lo más que pudo, súplicas de ayuda que no parecían tener respuesta. 

Anne abrazo a su amiga por última vez, sintiendo cómo el cuerpo de su amiga perdía aquel calor correspondiente a su cuerpo. Le dolía lo que le pasaba, pero ya no habia vuelta atras.

— Sabes.. nunca quise que tú fueras lo último que viera —. Cada palabra dolía, Sasha sentía que perdía cada vez más sus fuerzas y sus ojos cedieron a la necesidad de ser cerrados, llevandose consigo una última imagen de la morena.

Pero me alegra que lo fueras.








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Mi recordar un comic donde se expresaba esta situación, pero no recuerdo cual era ni de qué personajes se trataban. Una parte de mi me dice que eran Adora y Catra pero no se.

Primer fic, Ja

An Unbelievable Situation // Amphibia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora