La sintió, con las piernas repartidas en su cintura que empujaba fuerte hacia adelante para que la sensación fuera más placentera, escuchaba entre susurros la respiración agitada, pero no la vió, porque sus ojos se cerraron fuertemente no dejando entrar ni siquiera la luz.
Sus manos traviesas solo apretaban la sabana lujuriosa que era testigo del pecado original, la calentura inimaginable de sus cuerpos chocando en un vals silencioso.
-Bill –
Le escuchó como nunca antes, decir su nombre, ese que no acostumbraba a decir, ese que ella jamás había dicho porque no le gustaba, pero esta vez, le excitaba aún más.
-Bill-
No dejaba de decir su nombre, que manchado de un gemido camuflado le encendía, lo enloquecía.
-Bill! –
Despertó de golpe como si el alma se le devolviera al cuerpo, viendo que estaba en su habitación en la madriguera, solo y con una evidente erección que se encondía por la posición de su cuerpo.
-Bill, es tarde maldita sea – Charlie le decía enojado – levántate, mamá tiene listo el desayuno, ya nos tenemos que ir.
Bill, al ver que su hermano salía de la habitación, se levantaba y se escabullía hasta el baño. Generalmente, de los hermanos, él era el primero en ocupar la ducha del baño, porque era el mayor y eso le daba la facultad de tomar todo primero, pero desde que estaba Jossette, peleaban por el primer puesto.
La ducha la eligió fría, para bajar la calentura del sueño mojado, maldecía por no poder sacarse esa idea loca de la cabeza.
Y tenía cierta razón de no poder sacarla, ya que, desde el encuentro en la casa abandonada en bosque, no habían vuelto a esa instancia, por miedo, por estar rodeado de hermanos menores que a medida que crecían, se hacían más entrometidos en sus propios planes. Aunque sin querer, Jossette lo había evitado, y Bill se había dado cuenta de eso, no era secreto para ambos el terror que le causaba el acto, aunque estuviese dispuesta a entregar su cuerpo, no aún.
Pero eso no quitaba el hecho que Bill no quedase con la idea rondando en su cabeza, que mal que mal, ya alcanzaban esa edad donde las hormonas simplemente despertaban y no sabía cómo callarlas.
Bajó ya vestido, viendo como su familia estaba reunida desayunando, lo vieron como sonreía ampliamente no queriendo que los demás le tomaran tanta atención, se sentó en su lugar de siempre.
-Casi no alcanzas a desayunar hijo – Molly le decía a su hijo – se te haría más difícil comer algo en el tren y tendrías que esperar hasta la cena y...
-Mamá, pero ya me levanté – Bill calmó a su madre que preocupada de su alimentación quería de cierta forma regañarlo por dormir un poco más.
-Que era lo que te tenía tan pegado a la cama? – Jossette le preguntaba inocente comiendo un pan recién hecho.
-Solo estoy nervioso – Bill le respondía mirando al suelo apretando los puños – y Percy también debería estarlo, no... - desvió el tema apuntando con su mano abierta a su hermano menor.
Todos se quejaron al unísono, precisamente Percy había molestado desde la mañana con su primer día, despertando a sus padres temprano, despertando a todo el mundo, menos al mayor de los Weasley.
-Ya se había callado... - Charlie le reclamó.
-Efectivamente Bill, estamos felices que por fin es mi primer día... - Percy decía feliz.
-Felices estamos que ya no estará aquí – Fred le interrumpía.
-Felices que ahora es su responsabilidad – George le secundaba a su hermano.
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|F|r|a|g|m|e|n|t|e|d| Weasley Stories. (Bill Weasley)
Fiksi Penggemar"Toda existencia que no contenga una gran locura carece de valor, ¿En qué se diferencia una existencia semejante de la de una piedra, un palo o una mala hierba? Lo afirmo con total honestidad: hay que ser objeto de una gran locura para querer ser...