Capítulo 7

349 30 25
                                    

Espero que no se enojes conmigo, los quiero. Déjenme sus comentarios que me encanta leerlos✨

El huracán Marquina había vuelto a mi vida, todo era tan confuso y complicado entre los dos que no quise seguir precisando la situación. Él tenía algo tan magnético que hacía que todo pasara de manera más rápida de lo normal, mis días se convirtieron en semanas y en un abrir y cerrar de ojos ya estábamos con las nuevas reformas en el bar, era todo tan rápido y tan nuevo que no sabía cómo sentirme. Además, ya estaba en marcha la construcción de la nueva sucursal para la expansión del bar, lo que hacía que todos estemos emocionalmente inestables por la gran cantidad de detalles a definir, pero esto era una gran oportunidad sobre todo para los chicos y quería creer que Sergio buscaba realmente ayudarnos y no lastimarnos.

Mi cabeza aún así no dejaba de pensar en él, en el proyecto, si confiar realmente en lo que veía o no, pero sobre todo en Andres. Quise llamarlo muchas noches y decirle la verdad, él la merecía y Andrés también pero, se me hacía un nudo en la garganta que provocaba que todos mis miedos vuelvan a aparecer como fantasmas del pasado.

Para mi suerte o mi desgracia, Sergio se pasaba poco por el bar, pero cuando lo hacía traía a su super socia personal lo que me revolvía el estómago cada vez que los imaginaba juntos. Maria luego de nuestra discusión tomó distancia de mi y solo opinaba con Tom o Daniel, lo que para mi era un alivio. Seguía sin entender si realmente estaba capacitada para este trabajo o no, pero preferí confiar en que todo iba por buen camino, la final y al cabo no era solo Sergio el que estaba al frente de esto.

Sergio estaba serio y en lo posible trataba de evitarme, me dolía, todo el tiempo me dolía verlo pero, tuve demasiado tiempo para pensar como para no darme cuenta de lo dolido y afectado que estaba por todo lo que había sucedido en el pasado.

-¿Entonces esta pintura les parece?- Tom estaba mirando el catálogos con Daniel y María para buscar un nuevo color al bar y Sergio hacía llamadas telefónicas en el balcón, decidí salir a fumar a su lado para ver si hoy podíamos cruzar una palabra más allá de una decisión profesional.
Salí y coloqué el mechero junto a mis manos y Sergio estaba apoyado junto a una baranda de metal con los ojos cerrados, luego de finalizar la llamada.

-Tom está revisando el nuevo color para las paredes.- quise sacar un tema de conversación de manera relajada.- ¿Tú cuál cree que será mejor?.

Abrió los ojos y clavó su mirada en mi.

-Ya se lo diré a él.- ahí estaba de nuevo esa distancia avasallante.- veo que hay cosas que no cambian.- lo mire algo desconcertada hasta que note que hablaba del cigarrillo que tenía en mi mano, le di una tímida sonrisa, esto me recordó a la conversación que tuvimos el día que volvimos a vernos.

-Es cierto, hay cosas que nunca cambian a pesar de todo lo que pase.- y ahí estaba yo tratando de decirle que lo amaba sin palabras.

-¿Tu crees que somos amigos? ¿Qué me dan ganas de charlar contigo como si nada hubiera pasado? Raquel te lo dije antes y te lo diré ahora, no hace falta que hagamos esto, tú tomaste una decisión en tu vida y seguiste adelante, eso mismo intento hacer yo.- quería llorar frente a él pero no me lo permitiría.

-Sergio yo...- sólo me miró con desgano y quiso caminar hacia el interior del bar.

-Voy a volver adentro.- Perfecto su método para escapar.

-Espera- me acerqué más a él- necesito... hablar contigo de algo muy importante y...

-Raquel, nosotros- lo interrumpí porque sabía que sino no podría hacerlo nunca.

-Dejame hablar por favor, no es sobre nosotros o... quizá sí, pero no es lo que tú crees, por favor necesitamos hablar a solas, es algo que debí decirte mucho antes pero...- la voz de Maria rompió el magnetismo que se había generado entre nuestros cuerpos y el frío de la tarde.

• ENIGMA •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora