No podían parar de correr, sus vidas estaban en riesgo. Podrían morir si paraban.
Todos los esfuerzos que habían hecho para no mancharse de sangre otra vez, fueron en vano.
Pero no había salida.
Los tres se detuvieron en seco y se miraron entre ellos: sabían que no podían seguir corriendo.
- Va a matarnos.- Susurró una Michaela asustada como nunca antes.
- No puede matarnos a todos.- Dijo Connor viendo hacia los árboles desesperadamente.
Los tres peligraban y la persona de la que tanto temían estaba muy cerca.
Finalmente llegó y estaba armado y con el rostro cargado de rabia, y la sangre corriendo por sus venas.
- ¡Nosotros no tuvimos la culpa! ¡Fue culpa de Annalise! ¡Ella nos obligó a hacerlo!- Gritaba Laurel mientras lloraba.
Y entonces... un disparo.
Semanas antes
El sol se filtraba a través de la ventana, el pronóstico había anunciado que harían alrededor de 25 grados.
Las sábanas estaban empapadas, se levantó con desgana y las quitó. Las metió dentro del lavarropas y se fue a dar una ducha.
En 15 minutos llegarían sus clientes.
Solo habían pasado 6 meses desde los sucesos que cambiaron la vida de todos. Pero más la de Annalise.
Había salido de ducharse y ahora estaba viéndose en el espejo de su habitación. Se sentía tan sola.
Frente al espejo, se recordaba a ella misma cuando todo esto empezó, cuando Sam y los demás estaban vivos, cuando Wes lo estaba.
¿Podría saber cuándo fue que todo empezó a desmoronarse?
Se vistió y se puso un vestido gris ajustado, se puso una vincha para sujetar su rebelde cabello.
Justo en ese momento que se ponía los zapatos de punta aguja, tocaron a la puerta.
Eran ellos. Zack y Chester.
Estaba ansiosa por dentro, pero malhumorada por fuera.
Caminó hasta el recibidor y abrió la puerta. Ahí estaban ellos, en el pasillo de aquel hospedaje donde llevaba mucho tiempo viviendo cómodamente.
Forzó una sonrisa y los invitó a pasar.
Ellos vieron de arriba a abajo, de rincon a rincón aquella casa.
El estudio estaba preparado, un poco lleno de polvo pero estaba intacto. Ellos serían sus primeros clientes luego de tanto tiempo.
- Comencemos.- Dijo ella mirándolos desde su escritorio mientras ellos tomaban asiento; ellos eran igual a Connor y Oliver y no porque fuera una pareja gay, sino porque su historia era la misma: divorcio.
Allí sentada, viéndolos, se sentía poderosa, sentía que volvía a ser Annalise Keating. La misma que había logrado alzar la voz y vencer a la gobernadora.
Annalise Keating estaba de regreso.
- ¿Desde cuándo los abogados atienden en una oficina desde casa?- Quiso saber Chester (Oliver) analizando los diplomas colgados en la pared.
- El siglo XXI tiene la respuesta.- Contestó Zack (Connor) con apatía.
- No cobro lo mismo, pero ser abogada de divorcios es más cómodo para mí. En fin... Es algo bueno que hayan venido ambos, por lo general atiendo a las parejas por separado.- Concretó Annalise escribiendo algo en la laptop.
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How to get away with Murder
FanfictionFanfic de la asombrosa historia de Peter Nowalk. Tiempo después de los sucesos acontecidos en el tribunal y con la sangre derramada, Annalise Keating intenta buscar la forma de seguir adelante cuando recibe una llamada inesperada. Un nuevo asesinat...