Hay algunas cosas de las que Chenle está completamente seguro.
Son cosas propias de la rutina que ha construido con el paso del tiempo, las mismas acciones que se repiten una y otra vez, y que le producen burbujas en el estomago, porque sabe que siempre ocurrirán en mismo momento, sin importar cuan malo haya sido su día. Por ejemplo: sabe que, cada vez que llegue de una grabación, su madre lo esperará con la comida servida, le dará un beso en cada mejilla y hablarán sobre como fue su día. También sabe que, sin importar cuan tarde llegue, allí estaría ella, mirando por entre las cortinas, despidiendo a manager con una cálida sonrisa.
También así funciona su grupo, porque, sin importar cuanto tiempo pasen sin hablarse o verse, cada vez que vuelve al departamento por las grabaciones pareciera como si nunca se hubiera ido a vivir con su madre. Haechan y Mark suelen colarse en secreto, sin decirle nada a los hyungs de las otras unidades, quienes posiblemente pondrían un grito en el cielo si supieran cuan pocas horas duermen cuando los siete vuelven a juntarse. Además, están Jeno, Jaemin y Renjun, a quienes Chenle no puede pensarlos si no son juntos.
Esa era otra cosa de que estaba completamente seguro: no había Jeno sin Jaemin, ni Renjun sin Jeno, ni Jaemin sin Renjun. De la misma manera que era obvio para él que no podía haber dos sin tres, también sabía que no sería él sin el Ji de su Chen-ji, incluso aunque el menor pudiera llegar a resultar un poco pesado y tonto, él lo quería así (porque sabía que Jisung también lo hacía, incluso cuando era terco, molesto y se había contagiado un poco de su idiotez).
—¿En que piensas?— y ahí había otra cosa de la cual Chenle estaba complemente seguro: Jisung no podía soportar el silencio, ni siquiera cuando era un silencio cómodo, de tardes de trabajo y piernas cansadas.
—Deberíamos casarnos— responde Chenle, porque ambos están sentados, uno frente al otro, mientras comen un snack nocturno, y parece que aquella sería la respuesta perfecta a la pregunta que nadie ha hecho.
Jisung ríe, y sus ojos se hacen pequeños, pero, aún así, Chenle está seguro de que sus ojos deben brillar tanto como su sonrisa.
—Pregúntame en diez años.
Y Chenle cree que es una respuesta esperable de Jisung, porque incluso aunque ninguno de los dos lo fuera a decir en voz alta, había algo en ellos que quería dar por seguro que, en diez años, aquella pregunta podría ser dicha con la misma sinceridad del corazón de un niño enamorado.
—Espero que me digas que sí.
—Yo también.
Y se miran, pero apartan sus ojos, porque el ambiente parece ser demasiado serio por un segundo. Jisung rompe el silencio mucho antes que pueda formarse y habla de como hoy mató a un cucaracha sin ayuda de Jaemin, haciendo grandes ademanes con sus manos, poniendo distintas voces (y exagera mucho). Y Chenle le escucha atentamente, porque aquellos momentos le producen las mismas burbujas que los besos de su madre y la comida tibia.
Y sí, espera que en diez años, Jisung acepte ser su esposo, porque no piensa esperar tanto tiempo en vano.
(Aunque, si es un poco sincero, quizás verle sonreír así sea toda la recompensa que necesita.)
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Pausa para el café (NCT-GAY)
FanfictionColección de escritos independientes, suaves y gais sobre NCT, WayV y SuperM. Se aceptan pedidos. Advertencias: fluff, vida cotidiana, non-au.