Capítulo 3.

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Ya era sábado. Qué rápido se me había pasado el viernes, desde que mi madre me dió la noticia el jueves de que me iba a Roma hoy.

Anoche hice la maleta, o mejor dicho la maleta y un par de bolsas más... Estaríamos casi un mes, de modo que la ropa no podía faltar, y la que me comprara allá, tampoco. También cogí una Réflex que tenía guardada en el armario por mi 15 cumpleaños, las fotos ante todo. No quiero escasear de momentos para enseñar y recordar en un futuro.

Sonia se vendría conmigo, y Diego al final, también. Les cité ayer para hablar sobre el viaje, a dónde iríamos, y para lo más importante, darles los billetes para que pudieran coger el avión.

*Flashback*

Le mandé a Sonia un mensaje diciendo que me iba a Roma, y que ella era una de las personas con las que quería compartir este viaje. Al poco tiempo me llamó

- ¡Te quiero muchísimo Sari! Oye... ¿Puedo llevar a Diego? Es que estamos en crisis de pareja y Roma lo arreglaría tanto... Eso espero, la verdad.

- ¡Por supuesto! Tengo 5 billetes a si que sí.

- ¡Que guay! Encima pasas tu cumpleaños allá... Eres toda una suertuda.

- Bueno, eso está genial, sí. Pero me falta mi familia... Mi enano, mi madre y mi padre... Pero bueno, ya haremos Skype.

- No te preocupes, te dejaremos un rato para que hables con ellos.

- Bueno, ¿os viene bien quedar mañana para daros los billetes y hablar sobre el viaje?

- ¡Claro! ¿A las 17:30 en el parque de al lado de tu casa?

- Perfecto. Me parece genial, ahí os veo. Adiós princesa.

- Adiós guapa.

Se me pasó el tiempo muy rápido, y ya eran las 17:00. Decidí vestirme. Abrí un armario y cogí unos pitillos vaqueros unas botas militares y una camisa de camuflaje. Me cepillé el pelo, y me lo recogí en una trenza de espiga deshecha, se están llevando mucho estos meses.

Cogí el móvil y bajé por las escaleras lentamente. Aun tenía tiempo, a si que decidí pasar por la tienda de golosinas para comprarme una bolsa de palomitas con mantequilla. Son mi perdición, todos lo saben.

Cuando llegué, Sonia y Diego ya estaban sentados en un banco blanco y hablando.

- ¡Hola! ¿Lleváis mucho tiempo esperando?

- No, tranquila, acabamos de llegar.

- Vale, menos mal. Sino, sentiría mucho el haber tardado. He ido a la tienda de golosinas a por...

- Palomitas de mantequilla. Seguro.

- Sí, has acertado Soni.- dije riendo.

- Bueno, ¿a qué hora nos vamos y cuándo?- dijo Diego acomodándose.

- El sábado a las 07:00 am. Es muy pronto, pero vale la pena por ver Roma. El avión saldrá a as 08:30, pero hay que estar una hora y media antes para poder ir con tiempo al aeropuerto y facturar las maletas.

- Está bien. Ya sabes Dieguito, a madrugar.

- Sí... No me sentará bien pero todo por Roma e intentar arreglarlo.

- Bueno chicos, os dejo, tengo que ir a hacer las maletas. ¡Adiós! Por cierto, a las 06:30 en Sol, para poder estar a las 07:00 en el aeropuerto.

- ¡Adiós! Ahí estaremos.

*Fin del flashback*

Me despedí de mis padres veinte veces, y de mi hermano unas cuarenta. Como voy a echar de menos a ese pequeñín. Tenemos nuestros momentos de amor-odio, pero aun así nos queremos muchísimo los dos. Somos hermanos a fin y al cabo, y de sangre.

Roma, al revés la misma ruina.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora