Dark night

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El día había transcurrido con normalidad como todos los días, al finalizar la tarde se dedicó a mirar algún que otro programa en la televisión, pero en segundos esto se vió totalmente impedido gracias a un corte general  eléctrico que lo dejó sumido en completa oscuridad, a tientas rebuscó en el sillón donde se hayaba cómodamente sentado su dispositivo móvil para así alumbrar un poco su camino.

Al cabo de unos minutos logró su cometido encaminandose a la cocina donde guardaba algunas velas, dirigiendose con sumo cuidado en sus pasos de no chocar, romper o lastimarse el mismo.

Se encargó de prender la vela, tiñiendo la sala con un color rojo e iluminando un poco más la sombría habitación.
Miró a través del ventanal y nubes negras empezaron a cubrir el cielo, anunciando una tormenta próxima, se centro tanto en sus pensamientos que lo sobresalto el golpeteo en la puerta principal del apartamento.

El de cabellos grisaseos frunció el ceño extrañado de quién podía llegar a ser, 'tal vez sería el encargado de mantenimiento' pensó para sus adentros, mientras dudaba en si atender o optar por qué se cansará y terminará por irse.

A regañadientes se acercó a la puerta al notar lo persistente que era, mirando por el ojo de esta, '¿No era el chico del piso superior?' pensó abriendo la puerta dejando ver al chico de cabellos castaños que sostenía una charola con la vela encendida, era un joven alto y apuesto, se había cruzado un par de veces en los meses que llevaba viviendo en ese edificio, siempre demostró ser una persona tímida, reservada, tal vez un poco rara pero muy educada, intercambiando una que otra palabra, por lo que le asombraba que el jóven estuviera parado frente a su puerta con una sonrisa nerviosa.

-Hola ge, ¿Me podría dejar pasar?- pregunto tímidamente mirando el piso - si no es molestia ya que he extraviado las llaves y con este apagón no creo que en recepción me atiendan hasta mañana.-

-Hola, si no es molestia aparte de que está empezando a refrescar, entra- se movió para permitirle el paso.

Cerro la puerta '¿Y de dónde sacó la vela? Se supone que llegó de quién sabe dónde... Tal vez se la dió la señorita Kim una de las vecinas más amorosas' por lo que descarto cualquier idea descabellada que se empezá a formar en mente'

El jóven se sentó en el sofá, dedicándose a observar la noche pasar fuera del profundo ventanal, bajo la atenta mirada del mayor, quien empezó a reemplantearse si había tomado una buena decisión al notar gracias a la iluminación en la sala la extraña vestimenta del muchacho, que consistía en un saco largo de tela arpillera de yute que le llegaba hasta por debajo de las rodillas, guantes de goma negro brillante, pantalones de vestir ternos, una capucha y botas marrón oscuro.

Todo en él transmitía ese toque terrorífico a la situación, cuando fue sacado de sus pensamientos.

-¿Por qué me miras tanto? ¿No crees que es una bonita noche repleta de oscuridad?... Ven siéntate aquí- golpeó el asiento mientras apoyaba su cabeza en su mano con una sonrisa tétrica surcando su rostro, causandole escalofríos.

Miedo es lo que recorría por su cuerpo en estos momentos...