—Yo pensé que era una muchacha del barrio, que la habían violado, porque estaba toda sucia, tapada nada más con una sábana y con el pelo todo revuelto y lleno de hojas, pero no, ella me dijo que era un hada y que me iba a conceder un deseo en compensación por todo el sufrimiento que nos ha traído la inundación de esas cárcavas, por todas las picaduras de mosquitos y por el mal olor que nos había tocado aguantar durante tantos años.
—¿Y le cumplió el deseo?
—Claro, esa hada fue más efectiva que ganarse el baloto.
—Señora, cuéntele a la audiencia de nuestro canal cuál fue su deseo.
—No, no puedo porque el hadita me dijo que si lo contaba se acababa el efecto.
—Muchas gracias. Acabamos de escuchar el testimonio de la señora Rosenda, que como otros vecinos del barrio El Danubio, recibió la visita de un hada. Los vecinos del barrio están colocando en las puertas de sus casas o adentro en las salas, diferentes artículos para atraer el hada, como por ejemplo esta señora.
—Señora, señora. Sí, usted señora. Cuéntenos qué está dejando en esa mesa y por qué.
—Bueno, aquí hay jabón, champú, una toalla, perfume, porque me han dicho que el hadita es muy linda pero anda toda hediondita, entonces estas cosas son para que se dé un baño y quede bien bonita y limpiecita.
—Y de paso le conceda un deseíto.
—Claro —contestó riéndose—, y de paso me conceda un deseíto que tengo.
—Pero en esta mesita también hay un secador de pelo, ¿no le da miedo de que se lo roben, dejándolo en la calle?
—No, eso no importa, lo importante es que el hadita venga y no se quede en otra casa.
—Muchas gracias, ¿doña...?
—Orfelina.
—Muchas gracias, doña Orfelina. Continuamos transmitiendo en vivo desde el sur de la ciudad. Adriana y Felipe, sigan ustedes desde el estudio.
—Gracias, Ecce Homo. Aquí en el estudio nos acompaña el decano de la Facultad de Literatura de la Universidad Republicana, doctor Francisco Ambrosio. Decano: ¿qué son las hadas?
—Adriana, las hadas son seres mitológicos, antropomorfos, con poderes mágicos, que a veces, si lo desean, inciden en las vidas de los seres humanos. Esta creencia se remonta a la Roma antigua y se asentó en todos los lugares que recibieron influencias latinas. También los griegos creían en ellas, a las que llamaban ninfas. En el caso español el término latino «fata» dio origen a la palabra «hada». Existe un género literario exclusivo para ellas: el cuento de hadas y hay muchas hadas famosas como Morgana de la Leyenda del rey Arturo, Campanilla de Peter Pan, el Hada Azul de Pinocho y Titania, la reina de las hadas, de Sueño de una noche de verano de Shakespeare, descrita también por Spenser.
—¿Existen las hadas, señor decano?
—Solo en nuestra imaginación, la de los autores del género y en la literatura tradicional.
—O sea que esto es un cuento de hadas. —dijo Felipe reprimiendo la risa.
El comentario causó sonrisas en los que aparecían en cámara.
—Recordemos que hace diez años, en el invierno de 2002, más de 30 millones de metros cúbicos de agua del río Tunjuelo inundaron las canteras de las multinacionales cementeras. En ese momento, la presencia de esas canteras salvó de una inundación sin precedentes a muchos barrios pobres del sur de la ciudad. Pero después el estancamiento de las aguas en las fosas de estas minas a cielo abierto se convirtió en un problema sanitario que generó malos olores, mosquitos y enfermedades para los habitantes del sector, pero también una batalla legal entre la comunidad, los mineros, los gobiernos local y nacional, para establecer responsabilidades sobre la inundación y la evacuación de las aguas.
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El hada de Sánchez González
FantasyEn el invierno de 2002, más de 30 millones de metros cúbicos de agua del río Tunjuelo amenazaron a miles de personas del sur de Bogotá. Gracias a enormes excavaciones de multinacionales de materiales de construcción estas personas y sus bienes se sa...