Eddie se encontraba en su habitación terminando de pintar con acuarelas unos pájaros que anteriormente había dibujado.
Durante esos días no había hecho nada más que no sea dibujar, pintar, leer y estudiar. Era lo único que lo mantenía entretenido en casa.
Bill lo había llamado hace unos días diciendo que todos irían el sábado por la tarde a un local de pizzas.
Todos los perdedores sabían lo exigente que era su madre con respecto a salir de la casa: Eddie tenía que llegar a la hora asignada, debía ir al lugar que él decía que iba a estar (sin mentir) y por si no fuera poco, tenia también que avisar unos días antes de la salida.
A Eddie le costó bastante convencer a su madre de que lo dejará salir el sábado. Ella en un principio se negó rotundamente, esto debido a que hoy llegaba alguien “importante” para ambos.
—¡Eddie, cariño, ven!—gritó su madre desde la planta de abajo, específicamente la sala de estar.
El castaño rápidamente tomó todas sus pertenencias y las metió en la mochila que siempre llevaba con él, bajo velozmente las escaleras (iba atrasado).
—¿Sí, mami? —preguntó en cuanto bajó a donde estaba ella.
—Recuerda que hay un horario de llegada —le recordó severamente—. Si no llegas a la hora que acordamos créeme que iré a buscarte, Eddie.
—Sí, estaré aquí antes de la hora —prometió el castaño mientras ataba sus cordones.
Antes de que saliera por la puerta su madre volvió a hablar:
—Recuerda que hay que recibir a tu prima —mencionó.
Eddie rodó los ojos con desdén, estaba cansado de escuchar a su madre repetir lo mismo como diez veces al día.
Él no contestó nada, solo movió la cabeza en señal de afirmación, para no sacarle más charla a su madre y que ella lo retenga por más tiempo.
Se despidió con un beso en la mejilla de su madre y volvió a subir las escaleras, en busca de un poco de su colonia favorita. Una vez hecho esto, partió camino hacia la casa de su mejor amigo, Bill Denbrough.
Ambos habían quedado en que se irían juntos al local, ya que la casa de Bill no quedaba para nada lejos, en realidad vivían a unos cuantos minutos.
Eddie no solía caminar mucho por el pueblo solo, puesto que su madre casi nunca lo dejaba salir y más si se trataba de noche, sin duda ese día se encontraba muy soleado.
Su pequeña caminata terminó cuando se pozo afuera de la casa de su mejor amigo, suspiró y se dirigió a la puerta, tocando el timbre.
Se quedó un par de segundos esperando que alguien saliera y atendiera la puerta, cuando logró escuchar como suaves pisadas se acercaban cada vez más.
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HEATHER ━reddie.
Hayran Kurgu• 𝗛𝗘𝗔𝗧𝗛𝗘𝗥. ─en donde eddie kaspbrak lo que más anhelaba era ser aquella chica rubia. "But you like her better, wish i were Heather"