{Capítulo 4}

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Esto no puede ser...
Debe ser una estúpida broma...

Lo que veo ante mí es una habitación enorme, con personas distribuidas en forma de media luna. Estás personas lucían... diferentes, tal vez sean sus miradas en calma o el hecho de que desbordaban un aura de sabiduría y paz impresionantes, a pesar de que la mayoría parecía tener mi edad o hasta menos; pero lo que me dejó postrada en mi sitio y con el pensamiento de que en cualquier momento me caería de culo, fue el muchacho de ojos verdosos y cabello castaño que estaba haciendo levitar a una chica de rasgos muy similares en medio de la habitación y la gente.

Sé que se preguntarán "¿en serio? ¿Levitar? Y además... ¿cómo sabes que es ese chico quién lo hace, si hay más personas allí?" Y les diré que las cambiantes y brillantes luces que los unían me daban una pista.

Al verlos por un rato, me di cuenta de que son las luces más hermosas que he visto... sus tonalidades van desde el azul al verde y luego se transforman con pequeños matices rojos. Podría utilizar absolutamente todo el tiempo mi vida para verlas y me sentiría afortunada de haberlas contemplado hasta mi muerte...

A mi lado escucho a Jed toser y sólo ahí soy consciente de qué tal vez la belleza de aquellas luces me han hipnotizada por algunos minutos.

Sacudo mi cabeza, vuelvo al presente y un sentimiento se estanca en mi pecho "esto es una farsa; he venido aquí a contemplar un circo"

—¿Así que te estás divirtiendo? ¿Viendo lo ilusa que soy? Porque, por lo que he visto, sólo me estás jodiendo... si quisiera ver trucos de magia, iría con un mago— mi tono de voz tembló más de lo que quería, demostrando lo poco segura que me sentía.

—Pero si hasta hace unos minutos estabas embelesada...— Jed peina su cabello hacía atrás y suspira, como si pidiera paciencia— Adal, créeme; sé que se ve todo muy raro y ficticio al principio, pero también sé que tú...

—¿Sabes? Ahórratelo, no me importa. Todo fue una estúpida perdida de tiempo...

—Adal...—escucho a Jed murmurar a mis espaldas mientras avanzo por el pasillo que conduce a la salida; pero antes de que pudiese terminar mi salida triunfal, siento como una mano se envuelve en mi muñeca, deteniendo mi paso.

Es el chico que estaba envuelto en las luces...

—Adal... sé que no tienes idea de quién soy pero mi nombre es Bastián Davies— dice mientras aún me sujeta.

Ahora que lo tengo de cerca, me doy cuenta de sus rasgos masculinos, una fuerte quijada y mirada decidida.

Lo que más llama mi atención es el gran tatuaje a lo largo de todo su cuello. Es una ave que se incendia, lo que me indica de que es un fénix, con sus alas desplegadas... pero si miras detenidamente, se nota con el quiso esconder una cicatriz que se vuelve casi imperceptible.

—Sé que debes estar muy confundida...— dice el tal Bastián con un tono muy calmado y amable— pero tú debes ser parte de esto.

—¿De qué hablas? ¿Parte de qué? ¿De su culto de payasos mágicos? No seas idiota... y suéltame ya ¡Maldición!

Oh por Dios... ¿en qué acabo de meterme?
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Holisss!
Bueno, sólo quiero pasar a decirles unas cosas...
Soy nueva en esto, de verdad no tengo ni la más mínima idea de cómo se debe escribir, pero adoro con todo mi ser leer y aprovechando todo el problema de la cuarentena, me dije "por qué no?"
Además, tenía esta loca idea desde hace mucho, pero nunca tuve la oportunidad o el tiempo de hacerlo.
Y sin más que decir, quiero aprovechar este espacio para dar gracias a las personas que están leyendo y apoyando este proyecto, de verdad estoy de lo más agradecida ❤️

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