- ¿Sabes que me encanta cuando estás concentrada? – Levanté mi vista de mi libro para encontrarme con la sexy sonrisa de Diego. Había estado tan concentrada en mi libro de medicina interna que no había notado su llegada. – Tus labios hacen esos movimientos que llevan a volar mi mente.
– Sucio. – Volví mi mirada a mi libro.
Cuando Diego tenía intención de molestar era mejor ignorarlo para no dar alas a su “humor”.
– Tus labios podrían ser la perdición de cualquier hombre. – Me estremecí. Se había movido y su aliento cosquilleó en mi cuello.
– Cállate.
– Cállame. – Susurró. Su voz vibró en mi interior. Quería tanto poder hacer lo que su insinuación pedía.
Tomó todo de mí pensar en una respuesta. – Madura.
– Ya quisieras. – De alguna manera terminé recostada sobre mi cama mirando hacia él. Su cuerpo trepó sobre el mío cerniéndose. – Lo digo en serio. Podrías ser la perdición de cualquier hombre.
Dejé de respirar.
No podía pensar.
Mi corazón dejó de latir.
Santo Dios.
– Ahora… ahora quiero… – No era mi imaginación, su mirada iba de mis ojos a mis labios. – Quiero.
– ¿Becca, estás ahí? – Se apartó de golpe dejándome con mi cabeza dando giros.
Dos toques en mi puerta. Diego fue quién abrió dando paso a David quién traía una pizza para nuestra noche de películas. – Erika fue a la tienda por sodas y más comida chatarra.
– Ok. – Había logrado girar nuevamente sobre mi pecho y fingir que estaba concentrada en mi libro. Pero obviamente el temblor en mi voz no pasó desapercibido.
– ¿Estás bien?
– Si. Solo está estresada por la materia. –Diego respondió por mí.
– Así es. – Cerré mi libro de un golpe y me puse de pie. – ¿Qué vamos a ver?
– Rápidos y Furiosos 7. – Ambos dijeron el nombre de la película al mismo tiempo que no pude evitar reír.
El timbre sonó. – Debe ser Erika, seguro que olvidó sus llaves.
Me apresuré a abrir la puerta a mi amiga que regresó con grandes bolsas de comida chatarra.
Delicioso.
Pusimos en bandejas cada bocadillo y me dirigí a mi habitación mientras Erika servía las sodas.
Me detuve cuando la voz de David llegó a mis oídos. – No puedes decirme que no está enamorada si todo lo que hace es pensar en ti. – Debería dejar de escuchar conversaciones ajenas. Siempre terminan haciéndome daño. – Habla de ti como si fueras el inventor del aire, como si fueras quién puso la luna y las estrellas en el cielo.
– Es mi AMIGA. – Replicó Diego. – Nos queremos, es normal que nos idolatremos.
– No, no lo es. Ella está loca por ti y tú eres el culpable. Tú y tu maldito interés en no alejarte de ella.
– No tengo porque alejarme de ella.
– Le harás daño.
– No lo haré. Por lo menos sin una razón. – Se quedaron en silencio. - Estás enamorado de ella ¿Es por eso que no me quieres cerca, verdad?
Mi corazón se disparó. Y no quería, no entendía como Diego podía insinuar que David estaba enamorado de mí.
David era mi amigo, mi fiel amigo.
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Un segundo antes y uno después de conocerte..
Roman d'amourUN SEGUNDO ANTES Y UNO DESPUÉS DE CONOCERTE. Becca nunca ha experimentado el millar de sensaciones que le han azotado desde el regreso de Diego. Sus relaciones pasadas no le prepararon para enfrentarse a los nuevos sentimientos. Él era el chico dora...