ღ 𝙿𝙰𝚂𝙰𝚃𝙸𝙴𝙼𝙿𝙾 𝙿. 𝟸 ღ

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𝓒𝓘𝓝𝓒𝓞




—¿Cómo mierda voy a detener el apocalipsis, joder?—susurré lo suficientemente audible para mí.


—Oye, cariño ¿Estás bien?—una voz externa a la de Dolores me provocó un ligero susto en mi cuerpo, observé rápidamente como la bonita castaña se encontraba recargada en la puerta de la biblioteca, acepto desde este momento que su intensa mirada me había puesto nervioso, pero claro que no lo admitiré en voz alta. 


—Claro—la observé fingiendo indiferencia—¿Eres ________? Creo que la amiga de Diego


—Sí, supongo que sí—se incomodó un poco, pero lo supo disimular muy bien. 


—No quiero sonar grosero, pero... ¿Puedo ayudarte en algo?


—Oh, no. Estaba esperando a tu hermano, pero creo que olvidó que teníamos una "cita"


—Ya veo, te dejó plantada


—Bueno, no quería sonar tan patética, pero sí. 


El tono de su voz me hizo soltar una ligera risilla, cosa que no pasó desapercibida por la femenina.


—¿Tú estás haciendo algo importante?—observó las hojas repletas de cálculos que estaban esparcidas por el suelo.


—Oh, claro que no. Solo buscaba la forma de poder detener el fin del mundo.


Hubo un silencio entre nosotros por un rato, hasta que la melodiosa risa de la mujer lo rompió. 


—Cariño, en serio me agradas—me sonrió mientras caminaba hacía mí y terminaba por sentarse a un costado de mi cuerpo. 


—Supongo que puedo decir lo mismo de ti—intenté sostener su mirada, pero me intimidé, algo demasiado anormal en mis reacciones naturales, cada vez me convencía más de que esta chica es totalmente diferente a todas las que he conocido.


Definitivamente me atraía.


—Bueno, joven—se acercó un poco más, logrando que volviera a sentir un hormigueo en mi estómago—Creo que tú necesitas un descanso y yo distraerme de la cagada de tu hermano. 


—¿Qué tienes en mente?


—¿Te parece un café? Tienes pinta de que te gusta.


—Me parece bien—no tuve que pensar mucho en mi respuesta, claro que estaba preocupado por el fin del mundo, pero no desaprovecharía esta oportunidad. 


—¿Qué clase de café te gusta? Es que a mí en lo personal solo me gusta un tipo de café. Tienes cara de que te gusta el mocca.


—¿Solo un tipo de café? Pareces una mujer que le gusta el capuccino, tal vez. 


—Mi favorito es el café negro—ambos respondimos al unísono, provocando que ambos sonriéramos al otro. 


—Eres un niño con muchas sorpresas, cariño—exclamó con diversión. 


—No tienes idea, guapa—respondió de la misma forma.


Sonreí mientras veía su perfil, logré perderme de la realidad cuando sus labios se elevaron y se movieron, estaba hablando pero no podía comprender lo que decía. Solo podía pensar en que tan suaves serían.


—¿Cariño?


—¿Qué pasa?


—Estaba pensando... ¿Te gustan las donas? porque a mí me fascinas, además del café, podría invitarte una. 


Sus mejillas estaban con un ligero color carmesí, señal de que estaba sonrojada. 


Sostuve su mano entre la mía, entrelazando nuestros dedos, forjando un agarre demasiado cómodo para ambos. 


—Me encantaría que me dejaras a mí inventarte esa dona—sonreí cuando el color que adornaba sus mejillas se hacía más pronunciado. 


—Me encantaría, Cinco.



𝑽𝒐𝒚 𝒂 𝒅𝒂𝒓𝒍𝒆 𝒍𝒂𝒔 𝒈𝒓𝒂𝒄𝒊𝒂𝒔 𝒂 𝑫𝒊𝒆𝒈𝒐 𝒄𝒖𝒂𝒏𝒅𝒐 𝒓𝒆𝒈𝒓𝒆𝒔𝒆 𝒂 𝒍𝒂 𝒎𝒂𝒏𝒔𝒊ó𝒏... 

𝑬𝒔𝒕𝒐𝒚 𝒔𝒆𝒈𝒖𝒓𝒐.





Nota: No está editado

𝙾𝙽𝙴 - 𝚂𝙷𝙾𝚃, 𝙸𝙼𝙰𝙶𝙸𝙽𝙰𝚂 𝚈 "𝙺𝙸𝙽𝙳 𝙾𝙵"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora