Desaparecida

Capítulo 8. "Consejo Central. Parte II"

     Alemania, 25 de marzo del 2019.

     Bella.

     Los anillos funcionan peculiarmente. Tienen orificios diminutos, cubiertos por una malla, evitando que el ácido salga en cualquier movimiento. Todos los anillos están llenos de ácido fluorhídrico, y sólo cuando reciben un golpe o son sacudidos fuertemente, el líquido sale de ellos. El líquido es expulsado de forma de lluvia, pequeñas gotas son liberadas, por eso solo funcionan en el rostro. El ácido fluorhídrico es bastante potente, y si cae en el rostro es altamente doloroso, ya que es una zona sensible. Normalmente, utilizo los anillos con la mano cubierta en un guante, pero me pareció que eso iba a llamar la atención. He tenido que morderme la lengua para no quejarme de las pequeñas gotas que han caído en mi mano.

     No soy inmune.

     Me duele la mano y mi cuerpo se siente pesado, me arden un poco los ojos y lo más seguro es que tenga fiebre. El veneno de Taipán es poderoso, el antídoto no siempre es efectivo y aunque consumas una pequeña dosis, es altamente tóxico.

     Espero que no deba volver a atacar a alguno de ellos, porque sinceramente mis fuerzas están agotadas. No quiero que Violetta salga del auto, pero si la cosa se vuelve a poner fea, tendrá que hacerlo.

     Observo a Moroz recostado en su silla, se ve cansado. No me sorprende, su cara dejó de quemarse hace rato, y el dolor en su miembro masculino debe estar bajando. Lo único que me reconforta es que le quedará marca en el rostro. Bizjack, por otro lado, está como un muñeco de trapo en su puesto. Tiene una mascarilla de oxígeno en su nariz y dos sábanas encima. Le di el antídoto, pero el veneno sigue cobrando factura.

- Tienes luz verde para hablar, muñeca – Jensen me sonríe cómplice.

- Gracias – asiento agradecida. Meto mis manos en mi chaqueta –. Realmente, solo quiero un acuerdo – sonrío con la boca cerrada –. Muchos de mis benefactores han cancelado su compromiso de compra y venta. Ciertamente, no los culpo. Marco está preso y abrieron toda una investigación judicial en su contra, nadie quiere exponerse de tal manera – los observo –. Además, el no estar respaldada por el consejo, provoca especulaciones sobre mi supuesta – hago comillas con mis dedos – ineficiencia en el negocio. Creo que he dejado claro que tengo la capacidad suficiente para mantener una mafia. El apoyo del consejo le daría confianza a mis compradores.

- ¿Qué ganamos nosotros? – Moroz levanta una ceja.

- Cállate, imbécil – Jensen lo mira mal –. Nadie del consejo puede hacer tratos por conveniencia. Las únicas personas que tienen ese derecho son Marco y Andros, todos conocemos sus historias y estuvimos a favor para que se concediera el trato – voltea los ojos –. Bella es la nueva jefa de Alemania, y si necesita el respaldo del consejo para controlar sus pérdidas, se la daremos – golpetea la mesa –. Dinamarca vota a favor.

     Jensen me cae bien. Su aspecto me recuerda a Rico. Se nota que está culminando sus veintes, lo cual lo hace más atractivo. Tiene un traje de gala que le da un aire de empresario sexy. Sus manos están cubiertas de tatuajes y tiene un piercing en su boca.

     Jensen es el único que ha decido escuchar antes de hablar, lo cual me orilla a creer en dos opciones. Uno, su madre o hermana han demostrado las capacidades de una mujer. Dos, quizás tiene novia o esposa esperándolo en casa. Cualquiera de las dos le ha enseñado que la mujer tiene poder y capacidad para cumplir lo que quiera.

- Polonia vota a favor – Andros me sonríe.

     Es curioso cómo funciona el consejo.

     Marco y Andros son dos en uno. Todos saben que las probabilidades de que uno de ellos vote a favor del otro es alta, así que todo recae en los otros tres. No es algo justo que ellos puedan mantener una alianza, mientras que los demás no. Me sorprende que todos estuvieran de acuerdo en aceptar el trato. Debo admitir que aunque Moroz y Bizjack sean unos hijos de puta, no buscan la destrucción.