•Las comillas y letra inclinada
son la representación de un
flashback•"Bajo una mesa no hay mucho que se pueda ver, no se puede ver el dolor tras esas telas blancas que cubren la madera de el comedor, no se puede ver el miedo que se esconde tras de ellas.
—Mami...
Recuerdo haber susurrado su nombre, de la forma más frágil en la que un niño puede llamar a su madre.
—Mami aguanta un poco...
Me sentí impotente sin saber aún lo que siquiera era eso, desde pequeño conocí el coraje y la frustración que te genera ser débil e incapaz de proteger de el dolor a quienes amas de verdad.
Había sangre en el piso, gritos y llantos descontrolados se escuchaban junto a fuertes golpes, pero yo me sentía disociado de esa realidad que me envolvía, como si no perteneciera ahí, como si no fuera real.
Del otro lado, en otra habitación, el pequeño y frágil cuerpo de mi madre en el piso ya no sentía los golpes, se sentían más como constantes y fuertes punzadas por todo su ser; ella ya acostumbrada al maltrato psicológico no lograba preocuparse por nada más que por mi.
_«Minnie... ¿dónde está minnie?»_
En ese momento no le importaba nada más, no sabiendo que el podría encontrarme, ese maldito hijo de puta le hizo tanto daño, pero ella solo tenía que me dañará a mi. Ella jamás lo permitiría, no podía, debía protegerme y no podría darse el lujo de morir, ¿qué pasaría si moria y me dejaba a la deriva, solo...? Solo con kang.
—Eres una maldita zorra, ¿no es así? —susurró mi padre. Las palabras salieron de la forma más vil que el se pudo permitir—, disfrutaste que esos malditos te toquetearan como la puta que eres¿Cierto? Asquerosa.
Las palabras de ese asqueroso hombre ya no le afectaban, ella había aprendido a soportarlas para no preocuparme, aunque eso era imposible cuando su cuerpo estaba al borde del colapso.
El la pateó una vez más y se alejó unos pasos al escuchar el timbre de la casa sonar con estridencia, el se limpio el sudor del rostro con la mano y miro a mi madre con asco y odio, aunque el único que merecía ser odiado era el, no en mi madre que tan solo tenia veintitrés en ese entonces, su única preocupación debía ser que no me faltará nada, no qué me dañaran.
—Más te vale limpiar este desastre, zorra mal agradecida, todo esto es tu... —. El timbre sonó nuevamente siendo la salvación de mi madre, quien quiera que fuera, por lo menos ese dia, le debía la vida, le debía el poder protegerme un poco más.
Volví a tomar fuerza pese a ser débil y frágil y salí de mi escondite con miedo, con mucho miedo, mis piernas temblaban pero aún así corrí en silencio hasta mi madre que temblando en el piso buscaba algo.
—Mami... —soyosé al verla en ese estado y acaricie su cabello suavemente con miedo a que se cayera a pedazos en su sitio. Su rostro estaba llena de heridas abiertas y era seguro que no era el único sitio herido.
Ella se desmayó después de eso, yo queria quedarme a su lado, pero entonces escuché la voz de mi padre y temblé en mi lugar; corrí a esconderme detrás de el viejo librero de la sala para espiar la visita, reconociendo solo a un chico de piel ligeramente Morena que entraba tímidamente por la puerta de la sala.
Esa fue la primera vez que lo ví."
We're back bitches