EPÍLOGO

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Ya son unos días des de aquella noche con Daniel, y no me encuentro nada bien. Estoy con él en su casa, estamos solos y las ganas vuelven a nosotros, pero yo no puedo, necesito vomitar, y esto no me da buena espina.

Han pasado dos meses ya, y como dije no me daba buena espina, y aquí estoy en el hospital haciendome unas pruevas, porque los dolores y las ansías no se han ido. Daniel estaba preocupado, y yo más, le había dado muchas vueltas al tema de haberme quedado embarazada, pero no creía que fuera posible. Y no lo fue; por suerte me quedé más tranquila cuando me dieron los resultados. Ahora Daniel y yo somos uña y carne, no nos separamos ni para dormir, y no miento.

De Jesús no he vuelto a saber nada, y no quiero la verdad, después de todo, no creo que lo necesite, ya tengo a alguien que de verdad me quiere y de verdad esta conmigo. Y de mi hermana... Alguna vez me la he vuelto a cruzar cuando salía de casa de los gemelos pero no le dirigí la palabra, ni creo que se la vuelva a dar, no se lo merece después de  todo el daño causado.

Yo estoy segura que mi vida la quiero junto a ese tonto que me vuelve loca día a día, y se que lo quiero de verdad. He aprendido que a veces es quien menos esperas, porque de quien más esperas, es quien más te falla. Y él, Daniel Oviedo me ha enamorado, pero no de aquella manera, sino de una manera especial. Gracias a él se lo que es vivir.

Volver (2a temp. Cuando Menos Te Lo Esperas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora