The Queen of the Rose.

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Una larga jornada de trabajo había pasado, todo el equipo RWBY estaba igual de fatigado, realmente no era fácil cumplir con lo que se les encomendaba aun con la ayuda de los Ace Ops. Aunque Blake y Yang se encargaron de retirarse a sus respectivas habitaciones, Weiss y Ruby tenían otros planes. Durante su dialogo, explicaron que solamente querían pasar un tiempo a solas, a lo que la fauno y la rubia contestaron solo con unas risas y las dejaron ser.

El ambiente era tan tenso que ni Weiss ni Ruby se dedicaban a dirigirse la palabra, siempre estaban centradas en cualquier amenaza, la constante sensación de alerta simplemente las consumía por completo, pero ahora que todo estaba más tranquilo podían dedicarse algo de tiempo para hablar, por lo menos así fuesen tan sólo 5 míseros minutos.

Ambas estaban en una habitación casi vacía, a excepción de un escritorio y una silla, siendo muy similar a la oficina de Ironwood pero en desuso, admirando la serenidad de la noche por la gran ventana de la oficina, uno que otro Grimm pasaba volando pero no suponía gran amenaza tomando en cuenta de que estaban cumpliendo adecuadamente con su labor. Sin embargo, eso no era relevante en ese momento.

Ruby reposaba ambas manos en la ventana, distraída un poco de lo que sucedía con Weiss, quien cautelosamente tomó la cintura de Ruby y aun con toda la ropa que cargaba encima, fue capaz de sentir el tacto de la Reina del Hielo. Ruby dejó salir una risilla, susurrando a la chica tras ella:

—Weiss... No es el momento... —

—Oh... Ruby... —Mencionó su nombre en un tono único, como si realmente estuviese ofendida por lo que dijo. —No sabes cuando podemos morir, debemos aprovechar. —Las manos de la Reina del Hielo fueron mas insistentes, buscando de colocarse bajo el corset de la chica, retirando la correa con cierto actuar brusco, y colando sus manos debajo de la camisa gris de esta. Su corset aun estorba con lo cual Weiss frunce el ceño.

—Morir no está en mis planes. —Ruby hablaba con tanta confianza a pesar de lo que estaba sucediendo con ella, estaba relajada, sonriendo por el actuar tan desesperado de Weiss. La misma, se encontraba algo molesta por toda la dificultad que estaba teniendo al querer llegar a Ruby.

Irremediablemente la albina sujetó a la azabache y la llevó al escritorio, estampando su cabeza contra la superficie y manteniéndola allí al ejercer presión con su mano. La rosa emitió un gemido de entre dolor y... Otra sensación, como si quisiera provocar a la chica que en este momento estaba tomando las riendas del asunto. Al contrario de lo que se podía pensar de Ruby en una situación así, la chica se encontraba sonriente, de forma coqueta, ante su posición, sus ojos plateados le dedicaron una mirada única a la albina, cuyo gesto fue correspondido con la misma expresión juguetona.

La correa que Weiss había despojado de las prendas de Ruby ahora estaban fungiendo como atadura para sus muñecas, apresadas tras la espalda de la rosa. Como era de esperarse, la azabache estaba empezando a sentir un cosquilleo correr por su cuerpo. El cual se intensificó más por el siguiente movimiento de Weiss.

La albina apegó su pelvis, aun cubierta por toda su ropa, a la retaguardia indefensa de Ruby, frotándose allí pretendiendo que había realmente algo que podría otorgar placer a ambas partes. Aun siendo simplemente un juego, las chicas se estaban emocionando a pesar de no haber nada, era el impulso en que las hacía reaccionar de esa forma. Ruby dejaba salir pequeños ruidos mientras rozaba su cadera contra la otra chica, obteniendo, aun por más pequeño que fuese, un leve rastro de una sensación satisfactoria.

Weiss por su lado, tomó la cadera de la chica y empezó a golpearla con ímpetu, como si realmente estuviera recibiendo algo a cambio... Pero ver el rostro de Ruby en conjunto de sus pequeños ruidos era suficiente para ella. Es más, eso ayudaba a su mente a imaginar ese mismo escenario, pero con algo funcional, teniendo a la rosa en su completa merced para apropiarse de su cuerpo.

—¿Qué sucede, Weiss? ¿Acaso estás molesta? Es una lástima que no puedas cumplir con eso... —Al interrumpir los pensamientos de la Reina del Hielo, esta respondió azotando la cabeza de Ruby nuevamente contra la superficie, haciendo evidente su aumento de violencia. Esta vez a Ruby si le dolió, pero eso no quería decir que no gustó de tal acto. Unas risillas de parte de la castaña salieron nuevamente.

—Por suerte, no necesito un estúpido trozo de carne para darte la satisfacción que necesitas. —Escuchar la voz de una Weiss segura y dominante era un deleite para ella.

La albina le dio un alto a las embestidas y retiró su mano de la cabeza de Ruby solamente para dirigirse a su cadera de nuevo, navegando por sus curvas y entrometiendo sus frías manos en la piel ajena. La otra se retorció un poco por la temperatura de su compañera, pero nada que la incitara más a que continuara. Las piernas de la azabache se volvieron inquietas, no podía soportar más las provocativas caricias de Weiss.

Había pasado tiempo desde que había visto el cuerpo de Ruby, estaba complacida de ver lo mucho que había crecido su cuerpo. Parecía toda una mujer ahora y sentía que debía hacerla suya, después de todo ver a Ruby tan desesperada por tenerla dentro era algo que ella tampoco podía soportar, debía estrenar el cuerpo de Ruby.

Su mano se dirigió a su entrepierna para invadirla. Definitivamente, Weiss se divirtió mucho con Ruby y esta última no pudo tener suficiente de Weiss.

Roses Lust [RWBY] [WhiteRose]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora