Capítulo 12

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Soobin se demoro bastante en volver a la casa, ya estaba obscureciendo cuando sin darse cuenta ya se encontraba frente a la puerta de la casa, saco un manojo de llaves y busco perezosamente la correcta.

No sabia si abrir la puerta o salir corriendo. 

Simplemente no podía enfrentar a Yeonjun, no después de darse cuenta de lo importante que es para él, era doloroso saber que nunca podría abrazarlo y besarlo, decirle que lo ama y que siempre va a permanecer a su lado para protegerlo.

Cuando había tomado coraje y estaba a punto de girar el picaporte se sobresalto al ver como la puerta de abría delante suyo, dejando ver a un Yeonjun con un semblante decaído.

Sin decir una palabra se dirigieron a la sala y se sentaron en el sillón, tal como lo habían hecho en la mañana.

—Con respecto a lo de ayer, lo que sucedió fue un error, yo no quise que eso sucediera.—

—¿Pero por que?.—

—Yeonjun, yo no se en que momento paso pero desarrolle sentimiento hacia ti, lo se, es gracioso porque desde el principio nos llevamos mal.—

—Yo... Ehh...—

—Estoy consiente de que un "nosotros" es imposible así que cuando cubra la deuda me iré de tu vida para siempre, no debes de sentirte incomodo pues no intentare conquistarte.—

—Soobin...—

—Estoy muy cansado, necesito dormir.—

—¿No vas a comer?.—

—No tengo hambre.—

Soobin se metió a su habitación con cierta pesadez en sus pasos.

Yeonjun quedo atónito ante su repentina confesión, a decir verdad por alguna razón parecía mas una trágica despedida que una declaración de amor. 

Se sentía realmente mal por Soobin, parecía muy triste, nunca lo había visto así.

Pero tampoco podía aceptar sus sentimientos, el amaba a Taehyun y nadie podría ocupar su lugar.

Al otro día Soobin se levanto temprano para preparar el desayuno y para su sorpresa se encontró a Yeonjun peleando con una corbata.

En ese momento lo recordó, hoy era el aniversario de muerte de sus padres.

Con una sonrisa en su rostro se acerco al mayor y le ayudo con ese problema.

—Oh, gracias.—

—Agradéceme cuando termine.—

—Soy muy malo en estas cosas.—

—Listo.—Dijo palmeando su pecho y luego se alejo.

—Hoy es el aniversario de muerte de...—

—De tus padres, lo se.—

—Ya pasaron tantos años pero ese sentimiento sigue tan vivo como aquel fatídico día.—

—Lo siento.—

—Esta bien.—

—¿Cómo iras?—

—Suelo ir en autobús.—

—¿No te gustaría que te lleve?.—

—No quiero molestar.—

—No es molestia, además tengo algo que hacer por allá.—

—Esta bien, gracias.—

—Bueno iré a cambiarme y salimos.—

✔El Hilo Rojo: Un Destino DesafortunadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora