Naruto y Sasuke son destinados.
Naruto no lo sabe, y Sasuke no sabe como decírselo.
"Tal vez si horneas galletas para el..."
Cambios en la personalidad, omegaverse
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Abrió la puerta del departamento y entró dejando sus cosas en el sillón frente al televisor. Ino se había ido a la casa de sus padres en Osaka, así que se quedaría solo hasta el domingo por la noche que ella regresara.
Era viernes y no tenía planes para salir. Las fiestas eran bastante comunes durante la universidad, pero no eran populares para los estudiantes de su universidad, al menos no en su edificio. Ellos preferían quedarse en casa, estudiando o practicando. U otros como Ino decidían visitar a sus padres o salir a algún lugar con sus amigos.
Sasuke pertenecía a los primeros. Así que se decido por practicar algunos postres que más trabajo y disciplina llevaban, por no decir que era difícil que dichos postres salieran a la perfección.
Había pasado a un mini super y comprar todos los ingredientes que necesitaba, su tía también le había obsequiado algunos, como solía hacerlo.
Sus preparaciones serían dos pequeños postres típicos franceses. Había preparado ya esos postres en anteriores ocasiones, dos o tres, pero el resultado que obtenía nunca era el perfecto, siempre había detalles que lo hacían fallar. En general Sasuke siempre había tenido problema con preparar postres de origen francés, era frustrante, y dado a que ambos postes tenían ese origen, con justa razón atribuía sus fallas a eso. Poco inteligente.
Colocando todo lo que necesitaba en la mesa de la cocina, se permitió colocar un poco de música; jazz, su género favorito. La melodía y voz de Frank Sinatra se comenzó a escuchar en la habitación. Le encantaba escucharlo mientras cocinaba, lo hacía sentir todo tan hogareño y fuera de época.
Comenzó sus preparaciones, seguía la receta al pie de la letra, las consistencias eran las deseadas. Ya avanzado, prendió el horno, dejando que se calentara.
Mientras esperaba, se recargo en la encimera y espero, mientras comía un pequeño dulce de café.
Café... Ese exquisito aroma, el aroma de su destinado. Naruto tenía un aroma sumamente atrayente y bonito, combinaba perfecto con su propio aroma. Se preguntó qué era lo que haría los viernes por la noche; tal vez se quedaría en su casa a practicar, o trabajaría en algún restaurante.
