parte única

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Habían tomado el primer bus que encontraron, escondidos y rápidos para que no les gritaran al volver. Llevaban días con el rostro del cuervo en sus mentes y su absurda personalidad. Iban nerviosos y emocionados al mismo tiempo, finalmente podrían escuchar y ver al chico con el que tanto habían soñado.

Bajaron y corrieron a toda velocidad, pues el peligris había calculado y a esa hora todavía deberían seguir practicando. Una sonrisa se asomaba por sus sudados rostros.

Cuando llegaron, ni siquiera se preocuparon si alguien los veía, solo pensaban en esos ojos azules.

Al llegar al gimnasio iban a abrir la puerta más se quedaron estáticos al escuchar gritos adentro.

-¡No es justo, tú eres un maldito genio en todo lo que haces!-

-Hinata, deja- La aguda voz lo interrumpió.

-No, ¡Tienes un ego malditamente alto, mereces que te estén haciendo bullying!- Hubo silencio, solo suspiros de sorpresa se escucharon.

-Sinceramente- una voz miel se escuchó- Creo que la mandarina con patas tiene razón esta vez- Silencio por todo el lugar, lo único que esperaban los gemelos era que no fuera al chico de sus sueños al que le estaban de aquella forma tan ruda, despectiva y cruel. Porque si era así, eso no iba a quedar así. -Eres jodidamente irritante, debe ser fácil ser un puto genio, eh- Se escuchó un  golpe en seco -Cuando es ahí donde deberías estar, en el piso-

-Tsukishima!- La suave voz se había vuelto una más molesta, la ira y preocupación se escuchaba. Los gemelos se miraron preocupados. -Vamos, arriba, no les hagas caso-

-Déjelo, Suga-san. Ahí debe estar, en el suelo. Ni siquiera sé porque le dicen genio si el único que puede rematar sus saques es Hinata.- Ahí todo se fue a la mierda. Hablaban de saques, Hinata, remates, era obvio de quien hablaban. -De todos modos si tanto quieres ser un "genio", rey, levantate y sigue trabajando en mejorar tus saques, que no puedes dejarte caer de esa forma solo por unos cuantos golpes, ¿verdad?- Una burlona risa se escuchó

-Eres un idiota, Kageyama- Y todo quedó en silencio. El dúo estaba por entrar cuando la puerta se abrió, dejando ver a un golpeado azabache con lágrimas en los ojos y el ceño fruncido. Se miraron, pero el primero en reaccionar fue el menor al salir corriendo.

Quisieron seguirlo, pero al no conocer la escuela estaban más que perdidos. Se debieron separar para buscarlo, el rubio por la izquierda y su hermano por la derecha.

El peligris corría sin descanso, hasta que encontró un gran arbusto que llevaba a una especie de almacén. Ahí, escuchó sollozos y risas. Se acercó lentamente y su sangre hirvió cuando vio como un chico cualquiera pisaba el rostro de su amor.

-No entiendo porqué lloras, señor genio- los chicos detrás de él reían sin parar, no había ni una gota de arrepentimiento. -Deberías usar tus poderes de genio para llamar a tu amigo, ah, disculpa, me olvidé que él también te hace bullying JAJAJAJA-Las risas llegaron distorsionadas al cerebro del peligris, quien cerraba fuertemente su mano, casi al punto de sangrar. -Quién diría que solo actuaba amigable frente a sus senpais, pero apenas estaban solos te lanzara a la boca del lobo eh, aunque debo agradecerle ya que...- Agachó su rostro para quedar más cerca del golpeado rostro del pelinegro- Ahora puedo divertirme un poco. Gracias Hinata....¿O debería agradecerte a ti, por ser tan estúpido?- Las risas de los otros chicos se hicieron presentes otra vez, y ahí el mayor no aguantó. 

A paso rápido caminó hacia el grupito para depositar con fuerza su pie en el costado de quién pisaba al menor, mandandolo lejos. Se agachó para recoger al sorprendido azabache mientras el resto del grupito seguían en shock. 

-No se acerquen a él con sus asquerosas manos- sentenció, más una risa adolorida pudo ser escuchada.

-Vaya, vaya, Kageyama- el chico a quien golpeó se levantaba con dificultad apretando su costado, pero sin dejar de reirse burlonamente -Así que también eres un genio seduciendo gente eh, ¿Cuánto pagaste-oh, cuánto te pagó a ti, Kageyama? quién pensaría que la supuesta estrella de voleibol abriría sus piernas a cualquiera-

El más alto sintió su rostro arder y sus dientes rechinar, ya no pensaba. Se abalanzó contra el desconocido. Era una lluvia de golpes unilaterales, el grupo del matón intentó detenerlo, pero la adrenalina no dejaba su cuerpo, y se soltaba y seguía, y seguía. Ya había sangre recorriendo el puño del peligris y el suelo, el pelinergo solo temblaba. Sabía que Osamu podía matarlo, pero su cuerpo no respondía, seguía temblando. Unas lágrimas salieron de sus ojos y comenzó a sollozar, llamando la atención del meteorito de golpes.

Se giró a verlo, con el rostro destrozado entre sangre, lágrimas y mocos. Se veía deplorable. Detuvo los golpes y lentamente se acercó a él, abrazándolo fuertemente. No se preocuparía por el grupito pues este estaba muy preocupado intentando ver si su jefe estaba muerto o solo inconsciente. Pero a él no le importaba. Se lo merece, pensó.

Como si fuese nada, tomó al azabache en brazos como al estilo nupcial. Mientras con una mano lo afirmaba, con la otra lo apretaba más contra su pecho. Caminó hasta ver a la llamativa cabellera rubia que sonrió al verlo, pero de inmediato se detuvo al ver como el bulto que abrazaba temblaba y sollozaba.

-Tobio-kun?- preguntó el ojimiel, acercando su rostro al bulto, más este solo se aferró mas al cuerpo del otro, aún asustado. Iba a reclamar qué había hecho pero vio los nudillos de su hermano llenos de sangre, lo miró preocupado y sorprendido -Qué mierda- el otro solo negó, luego lo hablarían.

.....

Entre palabras bonitas y cariños, los gemelos terminaron con el azabache en su escuela, siendo reprendidos mientras los miembros de su equipo curaban las heridas del cuervo.

Obligado a decir la verdad, esperó a que el menor cabeceara para empezar a contarle a su hermano qué había pasado, este solo mordió su labio inferior, lleno de rabia; para acariciar el ya dormido pero golpeado rostro de Kageyama.

Cabe decir, el azabache no volvió a esa escuela. Simplemente esperaba cada mañana a que los gemelos lo fueran a buscar a Miyagi, para luego llevarlo a Inarizaki. No volvieron a ver ni a el poste amarillo, ni a la naranja con pies. 

Finalmente, el "genio" que no era para nada un genio, pudo descansar, y seguir esforzándose en las cosas que le gustaban, como el voleibol y aquel par de hermanos. 



Hola wenas, un  gusto 😳. Es mi primera historia y les agradecería mucho si comentan y/o votan uwu. 

Muchas gracias por leer, que estén bien :D.

"Genio" //MiyaKageDonde viven las historias. Descúbrelo ahora